(alfayomega.es).-El Museo de la Catedral de la Almudena podría no tener redes sociales, o tenerlas pero desactualizadas, o tenerlas actualizadas pero limitarse a informar de sus horarios. A Fernando Fresneda (Madrid, 1985) no le convencía ninguna de esas posibilidades y propuso a la dirección del museo iniciarse en el mundo de las redes con un tono y una propuesta que han terminado interesando incluso a televisiones nacionales
Alguna de tus iniciativas ha salido en la televisión. ¿Ha generado el mismo interés en la Iglesia?
En la Iglesia tenemos mucha gente que está encantada, que nos sigue y nos apoya, pero también hay quien no sabe que el museo tiene redes sociales. Bueno, hay gente que ni siquiera sabe que la catedral tiene un museo. Al final, creo que son más los que reconocen esta labor, que consigue llevar al móvil y al ordenador nuestro mensaje.
¿Cuál es vuestro mensaje? ¿El objetivo es la evangelización?
No y sí. Me explico. En los objetivos concretos que tenemos en nuestro planning para redes sociales no pone: «evangelizar». Pero, evidentemente, estás hablando de obras de arte que son obras evangelizadoras, porque se han hecho con ese fin. Tú no puedes explicar esta sala donde estamos, la sala capitular, con estas obras del padre Rupnik, sin contar la catequesis que tienen detrás. No lo puedes omitir, eso está en la obra de arte. De esta forma, la evangelización no es un objetivo concreto de nuestra estrategia pero, por supuesto, está implícita en todo lo que hacemos.
¿Cómo fue el año cero del museo en redes?
Subíamos cosas que creíamos que le interesaban a la gente, como fotos de las visitas de los colegios, pero no llamaban la atención. No estábamos pensando en el público objetivo. Es más, no sabíamos quién era nuestro público objetivo y qué demandaba.
¿Cómo cambió la situación?
Hice un curso de community manager por la UNED y pusimos toda nuestra estrategia por escrito. Después, me di cuenta de que teníamos una oportunidad para ser significativos y reorientamos totalmente nuestra presencia. Había un hueco en redes sociales para nosotros: no había ninguna cuenta de arte religioso en Madrid y nosotros debíamos cubrir ese nicho. Hablaríamos, por supuesto, de la catedral de la Almudena, pero esta solo tiene 26 años y llegaría un momento en el que se agotarían los temas. Decidimos trascender a la propia catedral, hablando de muchas otras cosas, y la respuesta ha sido abrumadora.
Tanto que incluso salisteis en la televisión con vuestro concurso de amaneceres…
Sí. Durante la visita al museo se sube a la cúpula de la catedral. Desde allí se ven unos amaneceres y unos atardeceres espectaculares. Entonces, se me ocurrió que sería muy bonito hacer un sorteo entre nuestros seguidores para invitar a unos cuantos a contemplar y fotografiar el amanecer desde la catedral. La idea generó muchísima expectación en redes sociales. Viendo el éxito decidimos seguir con la iniciativa y hacer un amanecer y un atardecer al año. A los de la catedral de Segovia les gustó el proyecto y lo replicaron. La experiencia en Segovia, a la que pude asistir yo mismo, fue increíble. Estando allí se nos ocurrió a los dos hacerlo extensible al resto de catedrales de España que se quisieran sumar. Al final fuimos diez. Aquí, a Madrid, vino Mediaset –empresa que engloba a Telecinco, Cuatro… – y también se sumaron muchas televisiones regionales. Tuvo mucha repercusión.
También se viralizó vuestro torneo para elegir la Iglesia más bonita de Madrid.
Me esperaba algo gordo, porque lo preparamos para que fuera algo gordo –me recorrí las 32 iglesias para hacer fotos y preparamos los detalles más curiosos de cada una de ellas entre todo el equipo del museo–, pero sobre todo me sorprendió la respuesta de la gente. Más allá del número de participantes o de las estadísticas, que fueron altísimas, me quedo con los testimonios de algunas familias, que me contaban que habían aprovechado el fin de semana para visitar tal iglesia que no conocían y así poder votar en conciencia. Es decir, la iniciativa transcendió la red social y llevó a algunas personas a las iglesias. Hubo gente que incluso visitó las 32 iglesias participantes. Eso me llenó muchísimo.
¿Qué esperas del futuro?
Estaría muy bien que en el futuro se sumara más gente de Iglesia a las redes sociales y que habláramos más entre nosotros. Falta mucha gente y sobre todo falta mucha comunicación. Y en el futuro del museo se vislumbra un segundo torneo en redes sociales, pero esta vez de capillas de Madrid.