(religionenlibertad.com).-El 11 de julio y el 18 de julio se celebró un encuentro online, por Zoom, de expertos en nueva evangelización de España, México y Argentina, invitados por la Comunidad Bernabé (con sede en Valencia, España) con el título «Think Tank Antioquía», para reflexionar sobre los retos de la evangelización tras la experiencia mundial del coronavirus.
Los participantes fueron:
–Roberto Vega, de Comunidad Bernabé, como anfitrión, delimitando el tema y conclusiones
–Tote Barrera y Cristy Salcedo, el matrimonio responsable del Curso Alpha en España
–Fernando Mañó, sacerdote presidente de las Células Parroquiales de Evangelización en España e Hispanoamérica
–Andrés Castillo y Diego Solano, fundadores de la estrategia de evangelización RenovaMás, desde Argentina
–Javier Rodríguez, fundador de la Comunidad de Caná y de la red Familia Invencibles
–Teresa Valero, delegada para Nueva Evangelización del obispado de Solsona
–Santiago Pons, vicedecano de la Facultad de Teología de Valencia
–Javier Prado Flores, desde México; sacerdote diseñador del Master en Innovación Pastoral
ReligionEnLibertad asistió tomando notas. Tratamos de sintetizar periodísticamente algunas de las ideas más interesantes, urgentes o novedosas.
1. Habrá más espacio para Dios: mucha gente ha entendido que no tienen «el control»
Con el coronavirus, mucha gente se ha dado cuenta de que en esta vida no controlamos gran cosa y sólo Dios es un referente firme. «Dios ha dado un puñetazo en la mesa y ha dicho no tenéis el control, esa es una cosa que ha cambiado, es una proclamación de la soberanía de Dios», dijo Javier Rodríguez, de Familias Invencibles. Las estadísticas en varios países demuestran, además, que muchas personas que creían en Dios pero no pensaban nunca en Él, han empezado a rezar y a hacerse preguntas serias sobre la vida y la muerte.
2. Los fieles aceptan bien la atención por Internet, pero la quieren más personalizada
Curas que tenían 50 personas en misa, se han encontrado con cien y más en Internet durante el confinamiento. La gente admite ser pastoreada y atendida por Internet, pero quiere que sea muy personalizado. Un cura puede tener 200 feligreses en whatsapp, pero no les va a bastar un boletín «para todos»: quieren que el pastor les atienda y escuche a cada uno. O que al menos lo haga alguien con capacidad de escucha o consejo (no necesariamente el sacerdote).
«La transmisión persona a persona no puede ser sustituida por la transmisión masiva», dice un sacerdote. Pero Internet permite también esa transmisión persona a persona. «El cristianismo va a ser muy relacional, muy uno a uno, los procesos de discipulado van a ser más reducidos y persona a persona»: pero, claro, el párroco no va a poder hacer todo eso. Métodos muy relacionales, como Células Parroquiales, pueden ir bien en esta necesidad.
Expertos de México, Argentina y España participaron en el Think Tank Antioquía
3. La Iglesia debería aprovechar para cambiar estructuras caducas
Es un buen momento para cambiar estructuras, aligerando a la Iglesia y a las parroquia de cosas que entorpecen y no sirven para evangelizar. Los cambios no pueden ser «volver cuanto antes a lo de antes», sino dejar lo caduco, lo que no funciona y poner en marcha cosas nuevas y necesarias.
4. Hay crisis económica: habrá que trabajar más con pobres, los nuevos y los «de antes»
Habrá segunda y tercera ola de pandemia, y afectará a la economía. Hay ya muchos pobres «nuevos», muy desconcertados. La Iglesia ha de prepararse para ofrecer ambas cosas: ayuda material y espiritual. Las parroquias se verán desbordadas por las necesidades de los más perjudicados. Hay que concienciar a los cristianos más afortunados para que sean generosos. Javier Prado, desde México, cree que los más dañados van a necesitar una acogida cálida, física, amorosa, no sólo con ayuda material sino con sanación interior. Pero, claro, el coronavirus dificulta los abrazos. Hay que usar, por ejemplo, los locales que ya existen: pero hacerlos más acogedores y humanos.
5. ¿Con quién te conectaste para cosas espirituales en el confinamiento?
Muchas personas confinadas contactaron con los vídeos y youtubes de la misa de su parroquia, de sus grupos parroquiales, catequistas… Descubrieron que la parroquia era parte firme en su vida. Otros, en cambio, descubrieron que podían pasar sin su parroquia, pero que encontraban alimento espiritual en otros sitios (quizá ni siquiera católicos).
6. Una sociedad que valora más y más la salud
El vicedecano Santiago Pons avisa: «nos quedamos en casa porque peligra la salud, nos lo ordenaron y todo el mundo lo aceptó, nadie se negó. Si ayunas por razones de salud todos te alaban como persona concienciada y seria. En la película La Ola, el profesor justifica sus propuestas extrañas con argumentos de salud y ciencia. Nuestra sociedad se interesa en todo lo que trate de salud». Se puede añadir que quien demuestre desinterés por la salud («no hacen falta mascarillas», «no hay que limpiar tanto») no será digno de la confianza de la gente de hoy. La salud es un valor de máximo nivel en nuestra época (y no es un valor anti-bíblico ni anti-cristiano).
Cristy Salcedo y Tote Barrera son el matrimonio al frente de Alpha España
7. Ha faltado, y faltará, mucho liderazgo a nivel de obispos
Muchos sacerdotes y obispos parecen querer volver a «la vieja normalidad» sin ser capaces de impulsar novedades eficaces en esta nueva época.
El vicedecano Santiago Pons no pide a los obispos que hagan muchos cambios, sino que disciernan qué cambios está haciendo ya Dios (con ciertas personas, estructuras, etc…). Andrés Castillo y Diego Solano, de RenovaMás, constatan que los obispos suelen recibir y escuchar, pero es muy difícil que luego pongan en marcha nada nuevo. El Papa Francisco les dijo: «es tiempo que los laicos se levanten y actúen, no hay que esperar a que los sacerdotes sean los que tomen la iniciativa». Puesto que en la vida real de la Iglesia faltan líderes de verdad, vale la pena al menos mantener «métodos» (como Alpha, Células Parroquiales, etc…) que funcionan y dan sus frutos.
8. Ideas de Juan Pablo II sobre «el nuevo milenio» pueden aplicarse a esta «nueva normalidad»
«Estamos en un nuevo reseteo, como cuando empezó el milenio», considera Tote Barrera, de Cursos Alpha, que ha estudiado los documentos de Juan Pablo II para el inicio de milenio. «El Papa pedía entonces una eficaz programación pastoral postjubilar… o postpandemia en nuestro caso». Esa eficacia se ha de dar en el culto (hubo bastante eficacia ofrecer misas online), en el testimonio de caridad y evangelización y en nuevas iniciativas.
Así se conectaban Fernando Mañó y su equipo de Células de Evangelización Parroquial
9. Hay que escuchar a los jóvenes
Juan Pablo II citaba a San Benito, quien decía «Dios inspira a menudo al más joven lo que es mejor». En esta época nueva los jóvenes con fe y ardor por evangelizar tienen ideas que merecen ser escuchadas y puestas en práctica. Los jóvenes, por ejemplo, entienden que la interacción digital (chatearse con alguien, por Whataspp o Zoom) es algo real.
10. Ni planes ni discipulados ni buenos líderes bastan sin «fuego y ardor del Espíritu»
Javier Rodríguez, de Familias Invencibles, reclamó promover «el poder del Espíritu Santo, sus dones y carismas, con discipulado, corrección fraterna, revisión de vida… No dedicar recursos a delegaciones y secretariados, sino a la gente: ir donde esté la gente». Cristy Salcedo, de Cursos Alpha, constató que «en Alpha hemos trabajado mucho el primer anuncio, después el discipulado y ahora el liderazgo con pastores… pero nos hemos dado cuenta de que todo eso, sin intimidad con el Espíritu Santo, es irrealizable, y en las parroquias los fieles de a pie casi no tienen relación con el Espíritu Santo«.
11. Parroquias sostenibles: las que perseveran aunque cambie el párroco
Una parroquia puede emprender cambios potentes que logran conversos, discípulos, frutos… pero todo puede quedar truncado si cambia el párroco y ponen otro que bloquea ese camino. Eso no es una parroquia sostenible.
12. La familia, más importante que nunca: el Enemigo quiere destruirla
Muchos en la crisis ven y verán que su familia ha sido un gran apoyo. El Enemigo malo quiere destruir las familias, y para la Iglesia debe ser una prioridad protegerlas y cuidarlas. Más que «discípulos individuales» hay que crear «familias de discípulos».
Roberto Vega, anfitrión con Comunidad Bernabé, defendió la
figura del mentor, un acompañante veterano que aconseja y ayuda a perseverar
13. Hay que formar líderes, aunque se les llame de otra forma
Un líder es un cristiano maduro que logra que otras personas se acerquen a Cristo y perseveren y crezcan con Él. Hay gente con cierta capacidad de liderazgo natural, pero aún así es necesario formar a los líderes. Javier Prado, desde la experiencia de su Máster en Innovación Pastoral, reclama «profesionalizar una masa crítica de formadores de formadores de formación religiosa no formal» (entrenadores de catequistas, por ejemplo) y que el 1% de los ingresos diocesanos deberían invertirse en «formar formadores». Pide «que haya auditoría externa e interna, que se supervise» (tras los escándalos de abusos, y otros).
Roberto Vega cree que a los líderes se les puede llamar «mentor». En RenovaMás lo llaman «tutor». Un modelo sería Jetro, el suegro de Moisés, que era su mentor y consejero. Cuando un líder escucha al Espíritu Santo y es acompañado por un mentor, que le aconseja y anima, puede dar mucho fruto. Sin mentor que anime y supervise, las nuevas dinámicas en una parroquia o grupo no se consolidarán, y se volverá a «lo de siempre», que es ineficaz pero conocido.
Estas reflexiones del encuentro, juntos con los debates de profundización entre sus asistentes, serán la base para un documento con conclusiones que ayudará a las parroquias a afrontar la nueva época y que está aún en fase de elaboración.