En el panel «Ecos Pastorales: Evangelización en las redes», personajes de la Iglesia en México nos contaron su experiencia durante la pandemia.
(desdelafe.mx).-Este martes se llevó a cabo el foro titulado “Ecos Pastorales: evangelización en las redes“, en el que cuatro expertos compartieron algunos consejos para llevar a cabo esta tarea, a partir de sus experiencias durante la pandemia de Covid-19.
Organizado por la Vicaría de Pastoral de la Arquidiócesis Primada de México, en el evento participaron Miguel Alva, experto en medios digitales; el P. Tharcisse Rukundo, párroco de San Judas Tadeo en la Arquidiócesis de México; César Pérez, director de los Centros de Formación de Agentes Laicos para Acciones Específicas (CEFALAE) y el P. José de Jesús Aguilar, Canónigo de la Catedral Metropolitana.
1. Que lo que construyamos en las redes sea siempre positivo
Miguel Alva –especialista en mercadotecnia, y con una experiencia de 14 años en Google México– señaló que, si bien lo que hemos visto en los 12 meses de aislamiento a causa de la crisis de salud es una consolidación de las plataformas digitales, quienes tienen más posibilidades de crecer y ganar son aquellos que logran optimizar esta tecnología para proyectos que construyan y permitan crecer humana y profesionalmente.
Aseguró que uno de los grandes retos que tiene la sociedad en este momento es mantener esa sinergia para poder llegar a más gente una vez que las vacunas lleguen a todos los sectores de la sociedad.
Y tenemos todavía otro reto muy grande como sociedad: llevar esa grandeza de las plataformas tecnológicas a las personas que se encuentran en situación de pobreza para ayudarles a crecer, y seguir llevando a ellos el mensaje de evangelización como católicos que son”.
En síntesis –dijo– “la pandemia detonó la adopción tecnológica, las plataformas han probado que son buenas, pero conforme nosotros las utilicemos, conforme lo que construyamos y depositemos en ellas sea algo positivo. Hagamos que esas voces positivas sean más grandes que aquellas que han querido distorsionar o manipular a través de las fuerzas que tienen estos medios”.
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2. Si en la parroquia no sabemos de tecnología, busquemos a quien sí
El padre Tharcisse Rokundo, párroco de San Judas Tadeo en Cuemanco, dentro de la Arquidiócesis de México, expuso sobre su experiencia con la tecnología durante la pandemia de Covid-19. Al iniciar la emergencia sanitaria, el padre notó la necesidad de crear una pastoral digital que llevará la Misa y actividades de la parroquia a las personas que estaban en confinamiento.
“La comunidad de san Judas Tadeo está compuesto en su mayoría por adultos mayores y es muy visitada por ser la del patrono de las causas difíciles e imposibles”, expresó.
Al inicio de la pandemia, personal de la parroquia comenzó a transmitir las Misas con celular, sin embargo, eventualmente el padre se dio cuenta que sería necesario invertir y profesionalizar su comunicación.
Los esfuerzos del padre Rokundo incluyeron contratar un buen internet con la instalación necesaria para evitar fallas, el equipo y cámaras necesarios y al menos a un profesional encargado de la pastoral digital. Además, los seminaristas que se preparan en esta parroquia se volvieron parte integral al conducir videos como Cápsulas de fe, entre otros.
¿Por qué buscar a personas especializadas? El padre aseguró que “no solo es necesario conocer los aspectos técnicos de los equipos, se necesita también saber de comunicación, pues hay muchas necesidades en la parroquia”, entre ellas elaborar comunicados, transmitir la hora santa y la catequesis, entre otros.
Actualmente han formado una comunidad de fieles en Facebook y YouTube, y a futuro planean abrir su cuenta en Instagram, mandar elaborar su página de internet y pagar una cuenta de Zoom para realizar reuniones y conferencias con los fieles.
Un ejemplo de las Misas que realizan:
“Es necesario seguir creciendo y actualizándonos día con día, necesitamos capacitarnos, atrevernos dejar de hacer las cosas como siempre se han hecho, innovar, invertir y arriesgar”, afirmó.
Además, expresó, se necesita más interés de parte de los laicos para capacitarse en el uso de las redes sociales al servicio de la evangelización y de los sacerdotes en buscar capacitación para los miembros de su comunidad.
3. Ayudemos a los fieles con tutoriales, sobre todo si son adultos mayores
César Pérez, director de los Centros de Formación de Agentes Laicos para Acciones Específicas (CEFALAE) en la Arquidiócesis de México habló sobre el cambio que este centro realizó para continuar su preparación para los laicos.
El Centro ya había considerado migrar a una modalidad digital para facilitar a los agentes el tomar sus lecciones, sin embargo, la pandemia aceleró el proceso. En los primeros días de abril, y con el acompañamiento de sacerdotes, la formación presencial se detuvo por completo y en cuestión de días tuvieron que adaptarse a la opción de usar una plataforma especializada en clases en línea.
“Inicié el proceso de migrar a 110 agentes que estaban haciendo sus cursos de formación, ahora llegamos a un total de 400 agentes de pastoral en formación”, explicó.
No fue una tarea sencilla, explicó, porque la gran mayoría de los agentes laicos no tenían experiencia en el uso de plataformas así, además a los adultos mayores se les dificultaba aún más, sin embargo, estos agentes contaban con una gran capacidad de adaptación. Hubo necesidad de acompañarlos y de enseñarles paso a paso mediante tutoriales y llamadas, hasta que pudieron lograrlo.
“La evangelización y formación online es cercana, acompaña, escucha y sobre todo es personal, de virtual solo tiene los medios digitales”, expresó.
4. Transmitir el mensaje: creatividad y formación cristiana
En su turno, el padre José de Jesús Aguilar, quien tiene una muy amplia trayectoria como comunicador y escritor, señaló que si bien su labor evangelizadora se dio principalmente en la época de la televisión, la radio, el fax, los casetes y los videocasetes, hoy ha llevado a las plataformas digitales gran parte de su trabajo comunicativo y evangelizador.
Pero más allá de las herramientas de las que se pueda disponer -señaló-, lo importante es la creatividad y la preparación de los cristianos para responder a las necesidades de la comunidad.
“¿Cuántos temas podrían entrar en las redes digitales además de la Misa diaria? -expresó-: Actos devocionales, temas de catecismo, de la Biblia; todo el mundo del arte y de la música; visitas a los santuarios, cuentos, cursos de desarrollo humano, tanatología, etcétera”.
Explicó que, de esta manera, además de transmitir el mensaje de Cristo, es posible recibir algunos recursos -sin que esto sea lo más importante- mediante la monetización que se genera en las redes sociales, con los que se puede apoyar a la Iglesia.
Finalmente, confesó que la labor comunicativa en las redes sociales le ha generado mucho desgaste, fundamentalmente por dos cosas: el troleo recibido por parte de grupos anticlericales, y su falta de capacidad para responder a la enorme cantidad de correos que le llegan.
“Por eso me gustaría que hubiera más sacerdotes y más laicos que se metieran en esto, principalmente los jóvenes. Finalmente, uno va de paso y tiene que dejar siempre el camino para las nuevas generaciones”.