Tuit del Papa con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa dedicado a la información como bien público. El Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini: somos lo que comunicamos, no hay libertad sin responsabilidad
(vaticannews.va).-Usemos todos los instrumentos que tenemos, especialmente el potente instrumento de los medios de comunicación, para construir y reforzar el bien común. Comprometámonos a usar los #MediosporlaPaz. #MediaforPeace. #Signis. Así lo ha escrito el Papa en un tuit en la cuenta @pontifex con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, celebrado por Naciones Unidas. La invitación de Francisco, recordando también la campaña de Signis, un movimiento católico que reúne a profesionales de la comunicación de más de cien países, es a comprometerse a utilizar los medios de comunicación para la paz.
El impacto de la información en la pandemia
El tema de la jornada, «la información como bien público», dice el sitio web de la UNESCO, «es de urgente importancia para todos los países del mundo», ya que hay que reconocer «el cambio que el sistema de comunicación está teniendo en nuestra salud, los derechos humanos, las democracias y el desarrollo sostenible».
UE: el periodismo es la vacuna contra la infodemia
«En tiempos de Covid-19 está más claro que nunca que el acceso a una información fiable puede ser una cuestión de vida o muerte. Sin embargo, informar se ha convertido en una odisea diaria. El periodismo es la vacuna contra la infodemia, (es decir, la circulación de una cantidad excesiva de información, a veces no cuidadosamente tamizada, ed.). Protejámosla», escribió el Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea en un tuit. El periodismo es la «principal vacuna» contra la desinformación, reitera el último informe de Reporteros sin Fronteras, que muestra que en más de 130 países la prensa está «total o parcialmente bloqueada».
Ruffini: todos somos responsables de lo que comunicamos
El Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, también habló sobre el tema de la «información como bien público» como invitado del programa «Radio Vaticano contigo».
R. – Decir que la información es un bien público significa que somos las cosas que comunicamos. Se dice que la información es poder, porque, a partir de la información que recibimos y compartimos, nos formamos opiniones y, si las informaciones no son libres y no son controladas, se pierde el bien público de compartir la verdad, claro que no hay verdad si no hay libertad y no hay libertad si no hay responsabilidad. Decir que la información es un bien público significa que todos estamos implicados de alguna manera en que haya una información plural, pero también que la información se base en la construcción de un valor común, de un bien común, que viene dado por la verdad de las cosas que compartimos. Garantizar la libertad de prensa significa garantizar un sistema en el que haya libertad. Por supuesto, también existe la libertad de cometer errores, pero lo que nos une es el deseo de hacer del intercambio de información verdadera un bien público.
Este año, con la pandemia, nos hemos dado cuenta de que la información también está vinculada a la salud pública, porque la información correcta sobre la pandemia también está estrechamente vinculada a la asimilación de la conducta que teníamos que adoptar. ¿Cuál ha sido el papel de la información en este sentido este año?
R. – Imaginemos cómo habría sido este año sin información. Pensemos en los periodos de encierro tal y como habrían sido sin la posibilidad de comunicación; cómo habrían circulado las noticias sin control y cómo habría faltado ese aspecto relacional de compartir la información, que forma parte de nuestro ser humano. Por otro lado, también nos hemos dado cuenta de la cantidad de información falsa que se ha puesto en circulación y también de la dificultad de orientar los procesos de información con respecto al deseo de cada uno de nosotros de querer saberlo todo y de forma inmediata, lo cual no es tan fácil, porque la información para ser completa requiere tiempo, requiere tomarse su tiempo. ¿Cómo puede la información ayudarnos a hacer salir la pandemia? Se vuelve al concepto de antes. La salud es un bien público, la información es un bien público. Compartir informaciones exactas y falsear las falsas es un compromiso que debe implicar, en la era digital, a cada uno de nosotros y no pensar que existe la posibilidad de delegar en otros. Por lo general, de esta manera se avanza hacia regímenes totalitarios. Es parte de la responsabilidad de los periodistas y también de los lectores. En la era digital compartimos información que muchas veces no nos tomamos la molestia de comprobar y con ello somos quizás portadores «sanos» de un virus diferente al de Covid, que es el de la mala información. Pensar que esto se puede delegar en un «vigilante» de la verdad o falsedad de las noticias tiene sus propios riesgos, que son los de limitar la libertad de prensa. Por eso creo que la pandemia nos enseña que, para combatir la «pandemia de la desinformación, todos debemos ser responsables».
También porque en cierto modo hay que «reaprender» la expectativa entre la noticia del evento y la recepción del mismo. Antes leíamos en el periódico lo que había ocurrido el día anterior y ahora todo se comenta, asimila y comparte en tiempo real. Cada vez hay menos tiempo para ese papel de mediación, que es una de las principales funciones de la prensa…
R. – Siempre debemos comprobar el reflejo con la reflexión, se aplica tanto a la prensa como a los medios profesionales e insisto en decir «todos», porque todos, incluso los no profesionales, somos protagonistas de este mundo digital de la información. Estamos acostumbrados a no querer esperar el tiempo que hace falta, como si la vida fuera todo un «game on» o un «game over», todo muy rápido o instantáneo, pero en realidad, además de la rapidez de las noticias, hace falta un análisis en profundidad, hace falta una verificación. Basta con ser consciente de ello. A fin de cuentas, se trata de aprender las reglas y aprenderlas todas.
Hay otro aspecto, y aquí tomaría prestadas las palabras del Papa en su último mensaje para la Jornada de las Comunicaciones Sociales sobre precisamente la gestión de la relación entre información y pandemia. Lo que el Papa dice es la importancia de ir a ver las cosas, de estar presentes. ¿Quién nos hablará de la espera de la curación en las aldeas más pobres de Asia, América Latina y África?, pregunta, precisamente para subrayar que se corre el riesgo de un doble nivel de información, el primero centrado en los países ricos en los que, si se quiere, es aún más fácil hacer la información dejando fuera al resto del mundo…
R.- Hay algo paradójico en este mundo globalizado en el que la pandemia ha demostrado lo interdependientes que somos unos de otros, incluso de los que parecen estar muy, muy lejos. En esta paradoja nos engañamos fácilmente al pensar que podemos perimetrar todo en nuestra historia, en la narración de nuestras vidas, y por lo tanto que podemos contar la historia de la pandemia sólo para los países más desarrollados o que podemos contar la historia de la crisis económica sólo para nuestro país, o mejor dicho, tal vez para nuestra región de nuestro país. Este no es el caso y esto también es parte de la responsabilidad. Siguiendo con el tema de la libertad de prensa, el teólogo Bonhoeffer decía que la libertad y la responsabilidad son conceptos correlativos y, por tanto, la responsabilidad, a la que nos invita el Papa con su mensaje, es la de ir a ver incluso donde nadie quiere ir, porque si no vamos no entendemos y si no entendemos la historia que contamos es falsa. Al final, esto también es una miopía con respecto a las cosas más queridas, porque no podemos tenernos sólo a nosotros mismos en el corazón separándonos del otro, porque al final también nos hacemos daño.