En la misa de Navidad celebrada en la basílica vaticana para los empleados del Dicasterio para la Comunicación, el cardenal les agradeció el trabajo realizado «con sabiduría y el justo entusiasmo». El vicario general del Papa para la Ciudad del Vaticano señala a todos el modelo de María «mediadora» del Misterio divino
(vaticannews.va).-«Comunicar, en la profesión que desempeñan, significa, en definitiva, transmitir los significados, a menudo ocultos, de los hechos, y no tanto las propias ideas». Así lo ha subrayado esta mañana, en la misa de Navidad celebrada para los empleados del Dicasterio para la Comunicación, el cardenal Mauro Gambetti, vicario general del Papa para la Ciudad del Vaticano y miembro del mismo Dicasterio. En su homilía en el altar de la Cátedra de la Basílica Vaticana, el cardenal se basó en las lecturas de hoy y en la Anunciación narrada por el Evangelio de Lucas para proponer una reflexión sobre las diferentes formas de abordar la Navidad. Puede ser una fiesta de luces, regalos, comidas y cenas, o «una cita para renovar los vínculos más queridos, para redescubrir los sentimientos de cercanía y ternura en nombre de un Niño que es la figura de la vida al nacer en todo lugar, en todo tiempo», o también «puede ser el acontecimiento capaz de cambiar el destino de la humanidad, de la historia personal de cualquiera que se encuentre con el misterio de la vida siempre nacida de Dios que se revela en el Niño Jesús, como en la Eucaristía».
Ser mediadores
Pero para que la Navidad se entienda bajo esta luz, para que no se limite simplemente a las celebraciones o a los buenos sentimientos, añadió el cardenal Gambetti, es necesaria la mediación, es necesario ser mediadores -como lo fueron María, José, los ángeles, los pastores y la estrella- y haber hecho propio el mensaje, el significado que contiene el acontecimiento: «Para contar los hechos -dijo-, para contar la Navidad, es necesario haber conocido la Navidad, es decir, haberla conocido en el sentido bíblico, haber tenido una experiencia y una comprensión íntimas del acontecimiento».
Las tres actitudes del buen comunicador
Según el cardenal, hay tres actitudes que deben adoptarse para ser buenos mediadores, buenos comunicadores: «no situarse con una especie de cerrazón y saber ante las situaciones y los hechos», sino ser como María, «que tiene un corazón abierto -abierto a las sorpresas de Dios- fruto de un deseo siempre vivo de conocer la verdad, un deseo siempre vivo de plenitud, de vida y de amor»; «dejarse atravesar por el acontecimiento, por la revelación, atravesar primero en las entrañas, dejarse perturbar también en las emociones, en los sentimientos, en los afectos» y buscar comprender, buscar el sentido de la verdad, poner en juego la inteligencia de la búsqueda; finalmente obedecer a la verdad, a la palabra acontecimiento, ponerse al servicio de algo, de un hecho, de una revelación, para transmitirla a los demás. Para ser buenos mediadores, buenos comunicadores», resumió el cardenal Gambetti, «hay que ser como María; para vivir la Navidad en su plenitud, para contarla, en la vida, en casa, en la familia, a través de los medios de comunicación, hay que «ser María».
Al final de la celebración, el cardenal expresó su aprecio por el trabajo del Dicasterio para la Comunicación realizado «con sabiduría y el justo entusiasmo» y quiso, con su bendición, expresar su gratitud, la de la Iglesia y la del Papa Francisco, por lo realizado por todos los empleados.