(agensir.it).- 7 de cada 10 personas usan un teléfono móvil, el 64% de la población mundial está en línea y 4.500 millones de personas usan las redes sociales en todo el mundo, casi el 60%. Lucio Adrián Ruiz, secretario general del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, comenzó con estos datos para ilustrar las características de lo que llamó «el Sínodo digital», que gracias a la gente de la red constituye «el sexto continente»
«Es el mismo Sínodo de la Iglesia, con el mismo objetivo, con la misma metodología que el resto de la Iglesia, pero realizado en espacios digitales», explicó durante la rueda de prensa al término de la etapa continental del Sínodo, en la Oficina de Prensa del Vaticano.
«Es importante subrayar que no es digital porque se han utilizado herramientas digitales, porque muchas realidades las han utilizado, sino por el lugar donde tuvo lugar, por los tiempos, por los destinatarios, por el idioma, por cómo nació y por la forma en que tuvo lugar, que es la forma en que vives allí, en los espacios digitales», especificó el ponente: «Viene del propio pueblo de Dios presente en las redes. Fueron los misioneros y evangelizadores digitales quienes, escuchando la llamada del Papa Francisco a celebrar el Sínodo de la sinodalidad, con el objetivo de escuchar al pueblo de Dios, discernir en el Espíritu, quisieron lograrlo para llegar a todas aquellas personas que no participan en las instituciones eclesiales, pero que están en las redes y que quieren seguir este camino de la Iglesia».
Al Sínodo Digital, informó Ruiz, calificándolo de «experiencia misionera», asistieron en primer lugar «misioneros y evangelizadores digitales e influenciadores católicos, que son aquellas personas, especialmente jóvenes, pero no solo, que sienten el llamado a la evangelización y la misión en redes y espacios digitales, y allí desarrollan su vocación cristiana, ayudando, acompañando, predicando, donando su tiempo a los necesitados. Son muy diferentes entre sí en estilos, sensibilidades y formas de llevar a cabo la misión». «En la primera fase, realizada en dos meses y medio, participaron 250 misioneros digitales, hoy son más de 1.000», los datos aportados por el experto: «Por otro lado, están los que los siguen, seguidores, que son personas que quieren cultivar su fe, que quieren saber más, o que tienen un primer acercamiento a la fe…
Hay quienes necesitan ayuda, quienes tienen dudas, en fin, la riqueza y variedad de lo que el pueblo de Dios es en el mundo. La peculiaridad es que no están vinculados a lenguas, culturas o lugares». Gracias a la presencia en la red, de hecho, se ha llegado a «una gran población, de todas las edades, especialmente entre 18 y 40 años, y sobre todo una gran población joven». Entre estos, especificó Ruiz, el 30% son «no creyentes o alejados de la Iglesia, interesados en este camino. En la primera fase recibimos 150.000 cuestionarios cumplimentados, en 115 países, en 7 idiomas.
El potencial de estos misioneros digitales es de 20.000.000 de seguidores». «Los jóvenes han encontrado una dinámica, en términos de tiempos, formas y metodologías, más adecuada para ellos», comentó el secretario general: «Los no creyentes y los que están lejos de la Iglesia han encontrado un camino de acercamiento y diálogo que les ha permitido expresarse y acercarse más libremente». «La realidad digital y la realidad comunicativa en general no son simplemente una herramienta, sino una cultura», concluyó Ruiz:Las herramientas solo se usan, la cultura, en cambio, se evangeliza.
Hemos descubierto muchos misioneros y evangelizadores en entornos digitales, que hacen un trabajo muy importante con todo tipo de personas; Necesitan ser acompañados, ayudados, apoyados y formados, para poder vivir su fe y acompañar a sus seguidores, y así caminar juntos en el mundo, que es uno, hoy presente y digital».