En un mensaje para la inauguración de la 13ª edición del Festival de Doctrina Social de Verona, Francisco invita a traducir concretamente las enseñanzas del Evangelio en la sociedad. «#soci@Imente liberi» (#socialmente libres) es el tema de este año y el deseo del Pontífice es que en la cultura digital «nadie sea promotor de una comunicación del descarte a través de la difusión de mensajes de odio y de distorsión de la realidad en la web».
(vaticannews.va).-La comunicación alcanza su plenitud en la donación total de sí a la otra persona y es en esta relación de reciprocidad «donde se desarrolla la red de la libertad». Es lo que escribió el Papa Francisco en su mensaje dirigido a los organizadores y participantes en la 13ª edición del Festival de Doctrina Social que ha comenzado hoy, 24 de noviembre, en Verona. Tres días de encuentros entre profesionales, empresarios, profesores y laicos empeñados «en traducir concretamente las enseñanzas del Evangelio en la sociedad», como pide también la síntesis de la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo.
«@», símbolo de cercanía y proximidad
El tema de este año, «#soci@lmente libres», centra la atención en la comunicación en la cultura digital, «que influye en las relaciones entre las personas y, en consecuencia, en la sociedad». En particular, es uno de los caracteres especiales utilizados en el tema de esta edición, a saber, la @ utilizada en los correos electrónicos, el que llama la atención del Papa. El carácter @, en efecto, que en la antigüedad indicaba una unidad de medida de peso y capacidad (era la arroba española y el ánfora toscana) y más tarde tomó valor «comercial», ahora se utiliza en el correo electrónico para indicar «en». «De la historia viene, por tanto, una indicación para vivir hoy la libertad en los medios sociales», escribe el Papa, esa «arroba» que indica cercanía, proximidad, contacto, expresión íntima de libertad, para ser «guardada» en el corazón.
No fomentar la cultura del descarte mediante mensajes de odio
La red que queremos, de hecho, «no está hecha para atrapar, sino para liberar, para albergar una comunión de personas libres». La Iglesia misma es una red tejida a partir de la comunión eucarística, «donde la unión no se basa en los ‘me gusta’, sino en la verdad, en el ‘amén’, con el que cada uno se adhiere al Cuerpo de Cristo, acogiendo a los demás». «Frente a la velocidad de la información, que provoca la voracidad relacional», prosigue el Pontífice, «el ‘amén’ es, de hecho, «una especie de provocación a ir más allá del aplanamiento cultural para dar plenitud al lenguaje, en el respeto de cada persona». «¡Que nadie sea promotor de una comunicación del descarte a través de la difusión de mensajes de odio y de distorsión de la realidad en la red!», es por tanto el deseo del Papa.
Jesús se interesa por toda la persona en su integridad
Un ejemplo de verdadera comunicación inspirada en el amor, escribe el Pontífice, es el pasaje del Evangelio de Marcos que narra el episodio de la multiplicación de los panes y los peces. Unas cinco mil personas se reunieron con Jesús a orillas del lago Tiberíades, recorriendo kilómetros para escucharle. Él «se puso a enseñarles muchas cosas» y su autoridad, escribe el Papa, «viene de su implicación personal y de ser el rostro y la palabra del Padre en los vericuetos de la existencia humana: se compadece de la gente, tiene los mismos sentimientos que las personas que tiene delante, no las desprecia, hace suyos sus problemas, se ocupa de ellas». Y luego les da de comer, porque «a la enseñanza sigue el don del pan y del compañero: Jesús se interesa por la persona en su totalidad, es decir, por la persona en su integridad».
Educar en la cultura del don
Para ello Jesús no está solo, sino que pide la colaboración de los discípulos, a los que a su vez pide una participación personal. «Esta es la libertad a la que está llamado el discípulo: la de quien se implica con inteligencia y amor para hacer crecer al otro». El deseo del Papa es, por tanto, ser «testigos de la libertad en un mundo de libertad» y el de los participantes, empezando por el presidente de la Fundación Segni Nuovi Alberto Stizzoli -que junto a un nutrido grupo de laicos y el Comité Científico apoyan concretamente el festival- es traducir el hashtag «soci@lmente» «en iniciativas para el bien común» e implicarse «en la educación a la cultura del don».
