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¿Son posibles unas redes sociales libres de haters y polarizaciones?

Éramos un total de 200 personas, entre ellas 30 premios nobeles y 50 influencers católicos y de distintas confesiones religiosas, incluso algunos agnósticos y también tres representantes de la comunidad LGTBI+

Dos problemas que todos sufrimos en las redes sociales, lamentablemente muchas veces desde nuestros propios hermanos en la feque se han auto adjudicado el papel de jueces bajo el autoengaño de que deben aclarar a su audiencia los errores de los demás

(religiondigital.org).-Fraternidad, alegría y esperanza. Estas tres palabras resumen muy bien lo que hemos vivido este fin de semana en Roma en el World Meeting on Fraternity Human. Éramos un total de 200 personas, entre ellas 30 premios nobeles y 50 influencers católicos y de distintas confesiones religiosas, incluso algunos agnósticos y también tres representantes de la comunidad LGTBI+. Convocados todos por una única preocupación: la fraternidad universal que recoge la encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti. Podríamos decir que de alguna manera entre los 200 representábamos juntos la realidad plural del mundo y mostrábamos la posibilidad de hacer realidad esa fraternidad universal.

Se sentía la fraternidad, especialmente con los que teníamos más cercanos. En mi caso me encontraba en el grupo de los 50 influencers, y decimos influencers y no misioneros digitales porque no todos tienen como objetivo ofrecer el Evangelio en sus redes sociales. Veníamos de distintas partes del mundo y muchos, sin conocernos presencialmente, ya llevábamos tiempo trabajando juntos online por lo que al vernos había una explosión de alegría y amistad. El proyecto La Iglesia te escucha, en coordinación con la Fundación Fratelli Tutti, nos había convocado con un doble objetivo: 1) Reflexionar sobre cómo hacer realidad la cultura de la fraternidad en las redes sociales y 2) Dar la máxima visibilidad a los contenidos de la encíclica del Papa en todo el mundo.

Creo que puedo asegurar que se cumplieron ambos objetivos y lo hicimos en un ambiente festivo, alegre y muy fraterno. Los cálidos abrazos, las largas conversaciones y ese querer “arreglar el mundo” con pasión por Jesucristo y su Iglesia, eran la mejor visualización. Pero además, publicamos videos e imágenes sobre las 50 palabras más importantes de la Fratelli Tutticonsiguiendo un alcance de más de 6,3 millones de visualizaciones a partir de nuestros 475 post en un tiempo récord de 24 horas con los hashtags #fratellitutti, #fratellitutti2024 y #beHuman. Estos 50 contenidos han quedado publicados también en la web: www.parole.fondazionefratellitutti.org para consulta de todos.

Nuestra reflexión se centró en los problemas más importantes que impiden vivir la fraternidad universal en las redes sociales y, después de un proceso de criba, los dos resultantes fueron el YO (individualismo, hater, polarización) y la superficialidad. Dos problemas que todos sufrimos en las redes sociales, lamentablemente muchas veces desde nuestros propios hermanos en la feque se han auto adjudicado el papel de jueces bajo el autoengaño de que deben aclarar a su audiencia los errores de los demás.

En respuesta al creciente clima de polarización y agresión en Internet, totalmente contrario al testimonio de comunión que nos pide Jesús (Que todos sean uno), se ha propuesto un enfoque renovado para el diálogo online. ¿Cómo? A través del compromiso de tener una actitud y un nuevo lenguaje más fraterno e impulsar una cultura de escucha y comunión.

Se identificó una lista de 12 temas problemáticos (como polarización, hater, soledad, superficialidad, etc.) sobre los cuales se publicará una reflexión mensual coordinada para provocar un cambio positivo. Esta iniciativa buscará la participación de una red más grande de influencers que contribuyan con sus perspectivas y soluciones a estos problemas. Además, se prevé la creación de nuevos manifiestos para una comunicación fraterna, con partes del contenido compartidos a través de la Fundación Fratelli Tutti y medios de prensa, subrayando de este modo el esfuerzo colaborativo para mitigar los desafíos identificados en el ambiente digital. 

Se insistió también en la necesidad de ser agentes de cambio en un mundo dominado por algoritmos, proponiendo una serie de contrastes clave tales como: cambio/pasividad, comunidad/ autorreferencialidad, tiempo/inmediatez, responsabilidad/superficialidad haciendo una clara opción por el lado positivo de los binomios, para liderar así la cultura de la fraternidad con el ejemplo.

Este compromiso fue asumido por los 50 influencers, incluyendo a los no católicos. Con lo que pudimos ver en todo el proceso cómo es posible establecer lazos de fraternidad más allá de las propias convicciones religiosas. Esto crea esperanza en que es posible unas redes sociales donde reine la fraternidad universal, libres de hater y polarizaciones. Solo se trata de elegir hacerlo y empeñarse en ello. Las diferencias deben enriquecer nuestra humanidad, nunca dividirla.  

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