En clave de estar más cerca de las personas y en los espacios donde ellos se comunican, referentes de la Iglesia católica visitaron Córdoba y dieron su análisis sobre el presente y con una mirada a futuro.
(lavoz.com.ar).- El acto de comunicar es esencial en todos los aspectos de nuestra vida. Y así también lo es para un gobierno, una organización, una empresa o incluso una institución como la Iglesia católica.
En el marco de la segunda edición del Encuentro Nacional de Evangelizadores Digitales que se desarrolló este fin de semana en la ciudad de Córdoba, La Voz conversó sobre la visión de la comunicación y su ejercicio con Lucio Ruiz, secretario del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, y con Gabriel Barba, obispo de San Luis y presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).
“De modo general, la Iglesia está comprendiendo el valor de la comunicación en la vida de las personas. Antes quizás se observaba de un modo más marginal y hoy se vuelve una realidad importante”, indicó Ruiz.
En este sentido, el representante del Vaticano citó como ejemplo que en los últimos años ya se piensa que un equipo especializado trabaje en simultáneo mientras acontece una reunión de obispos y no se espere a un documento final, el cual puede ser muy interesante desde lo académico, pero con falencias para ser publicado.
Como en otras instituciones, la Iglesia también se maneja a través de estructuras. Desde el Vaticano, la información se elabora en la oficina de prensa de la Santa Sede –actualmente a cargo de Matteo Bruni–, desde la cual se reparten comunicados alrededor del mundo. A su vez, los sitios Vatican.va y Vatican News son portales oficiales de información.
“En su pontificado, Francisco ha tenido un trato especial y un encuentro profundo con los periodistas. Incluso ante temas difíciles la invitación fue: ´Vengan, pregúntenme´”, dijo Ruiz.
En el medio, como sucede en otros ámbitos, aparecen supuestos voceros por la cercanía con el Papa, pero Ruiz es muy tajante: “Francisco habla por sí mismo y de todos los temas. Y si se necesitan consultar fuentes, nosotros indicamos dónde buscarlas de modo inmediato, lo demás no corre por cuenta nuestra”, agregó.
En el plano local, en nuestro país no existe una estrategia comunicativa eclesiástica, sino que en la práctica es el trabajo que se realiza en las distintas diócesis. “Algunas están más, otras menos organizadas, pero desde la Conferencia Episcopal Argentina | CEA no se baja una línea, sino que se acompaña el trabajo de las comunidades”, contó Barba.
¿Sabe comunicar la Iglesia?
En su tarea como obispo en la capital puntana, Barba sostuvo que intenta tener mucha comunicación con la gente y que es importante en todos los casos escuchar las dos campanas. “Muchas veces se da eso de tener que corregir”, reconoció.
Para Ruiz, la Iglesia tiene que estar presente en la cultura, en cómo hacer para hablarles al hombre y a la mujer de hoy. Y en relación con eso, el anuncio de la buena noticia no se puede detener, aún por temor a no hacerlo bien. Si bien la Iglesia se expresa sobre diferentes temas que incumben a la sociedad, sobre otros aún persiste mayormente el silencio o la ofensa.
“Se reconoce el problema, se trabaja en ello, las críticas existen, pero también es necesario jugársela”, sostuvo Ruiz. Y recordó una frase de Francisco: “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”.
Lucio Ruiz, secretario del Dicasterio de Comunicación del Vaticano.
Unidad en la diversidad
Sin embargo, en muchas ocasiones los fieles quedan contrariados ante los mensajes confusos o contradictorios de la Iglesia. A partir de la asunción de Francisco, hubo una marcada apertura hacia los cambios del mundo moderno, pero al mismo tiempo aún persisten expresiones del conservadurismo dogmático.
Para Ruiz, el hecho de que existan opiniones diversas e incluso contradictorias es positivo porque permite el diálogo en la búsqueda de la verdad. “La alteridad se convierte en riqueza”, manifestó.
Por su parte, Barba expresó que estas diferencias son un reflejo de lo que ocurrió con las primeras comunidades cristianas. “Tenemos que estar unidos, pero no uniformados bajo una única mirada”.
Gabriel Barba, obispo de San Luis y presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Argentina.
Coinciden en que el desafío es que la Iglesia no se desconecte de la realidad, salga de la zona de confort, camine la calle y se exponga a lo que acontezca. En este sentido, toma impulso la evangelización digital como un espacio para ofrecer el mensaje de Jesús y del Evangelio con un profundo sentido universal.
“Todos, todos, todos. No solo los que ponen like”, sumó Ruiz.
“Jesús quiso contar con la debilidad de lo que somos para formar su Iglesia. Si pienso que solamente está conformada por buenos, santos e inmaculados, que no sufren y son felices, quizás diría que no hay lugar para mí, pero por lo contario, él quiso una Iglesia donde entremos todos”, concluyó Ruiz.
