CULTURA DIGITAL

Ser «peregrinos de esperanza» en el panorama digital

(catholicreview.org).-El Año Jubilar 2025 está sobre nosotros, y el Papa Francisco ha pedido que todos intentemos ser «peregrinos de esperanza» para dar testimonio del amor y el poder de Jesucristo en el mundo de hoy. ¿Qué significa esto en términos prácticos? ¿Cómo voy a ser un peregrino de esperanza para el mundo?

El diccionario Oxford define a un peregrino como aquel que viaja a un lugar sagrado por razones religiosas. Peregrino también puede significar alguien que viaja por la vida. Este es el aspecto de «peregrino» que se capta en «peregrinos de esperanza». Todos somos peregrinos en el viaje de la vida, esperando estar con Dios para siempre en el cielo una vez que nuestra vida terrenal haya terminado.

Hay muchas complejidades en el viaje de la vida. A veces podemos sentirnos tentados a caer en la nostalgia de «tiempos más simples» o de «cómo solían ser las cosas». Un aspecto de la vida del siglo XXI que puede complicar el viaje es el panorama digital. ¿Cómo podemos ser peregrinos de esperanza en lo que respecta a la cultura de los medios digitales? ¿Cómo cultivamos una actitud de esperanza cuando muchos medios de comunicación, especialmente las redes sociales, parecen egocéntricos, introspectivos y cualquier cosa menos esperanzadores?

Y lo que es más importante, ¿cómo animamos a los jóvenes, que están tan inmersos en todo lo digital, a resistir la tendencia egoísta y ser una presencia esperanzada y fiel en sus interacciones en línea? La respuesta está en fomentar una actitud de atención plena a los medios de comunicación y poner en marcha algunas prácticas que nos ayuden a salir de la madriguera del conejo digital cuando nos encontramos cayendo.

Con un poco de determinación y esfuerzo, estas prácticas sugeridas pueden brindarnos una sensación de esperanza mientras viajamos todos los días a través del panorama digital. Si nosotros, como adultos, aprendemos estas prácticas, pueden ofrecernos esperanza mientras nos esforzamos por enseñar a los jóvenes cómo navegar por nuestro mundo mediático como seguidores de Jesús.

— Aporta tu fe y tus valores al panorama digital. Requiere práctica, pero preguntarnos si lo que estamos haciendo en línea nos está ayudando a crecer en nuestra relación con Dios y con los demás puede darnos la pausa que necesitamos para mirar la forma en que usamos los medios. Detenerse de vez en cuando y hacer un examen de conciencia sobre nuestras actividades en línea puede ser espiritualmente saludable y esperanzador.

— Practicar el discernimiento. El Papa Francisco, en muchos de sus escritos, ha enfatizado cuán crucial es el discernimiento para nuestras vidas espirituales. Pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a entender qué es lo que Dios quiere de nosotros es deseable en todas las áreas de la vida, pero especialmente en nuestras vidas digitales. ¿Lo que estoy viendo, leyendo, escuchando, interactuando, está en línea con la santidad de Dios?

— Ser pensadores críticos. Aplicar habilidades de pensamiento crítico a nuestras vidas digitales y a los mensajes que recibimos de los medios de comunicación que experimentamos significa que los aspectos negativos de los medios pueden tener menos influencia en nuestra forma de pensar. Cuando llevamos los mensajes de los medios de comunicación a la conversación con los valores que tenemos como cristianos, reconocer lo que es bueno y vale la pena conservar y lo que queremos descartar se vuelve más fácil. Esto es especialmente esperanzador para los padres que intentan inculcar la responsabilidad en sus hijos por la forma en que usan los medios de comunicación.

— La esperanza implica la confianza de que Dios tiene las cosas en sus manos, que Él está a cargo y está con nosotros en la peregrinación de la vida. Con suerte, hemos tenido experiencias que nos han demostrado cuánto nos ama Dios. Otras experiencias, sin embargo, pueden hacernos preguntarnos dónde está Dios. El uso de estos consejos nos da la esperanza de que, incluso en nuestros medios de comunicación e interacciones digitales, Dios está presente y guía la peregrinación de nuestra vida.

Si nuestras vidas en línea están desequilibradas, otras partes de nuestras vidas también lo estarán, especialmente nuestras relaciones, y eso incluye nuestra relación con Dios. Ser un «peregrino de esperanza» abarca todos los aspectos de nuestro camino de vida. Al emprender este año jubilar, asumamos el desafío de incorporar la virtud de la esperanza en nuestro propio paisaje digital.

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