La Peregrinación de Ecología Integral de la región de Minas Gerais en memoria del desastre de Brumadinho se realiza en forma virtual este año, debido a la pandemia.
(vaticannews.va).-El 25 de enero, hace dos años en 2019, se produjo en la localidad de Brumadinho, un derrumbe de una balsa de decantación de la mina de hierro cercana, que causó la muerte de al menos 272 personas, mientras que 22 siguen desaparecidas.
Según los organizadores -informa la web de la Conferencia Episcopal de Brasil- la necesidad de mantener vivo en los corazones el grito de denuncia ha motivado la construcción de la peregrinación, en colaboración con diversas organizaciones, movimientos populares y asesores técnicos que trabajan en los territorios afectados, que coinciden en los siguientes cuatro criterios: la memoria de las víctimas; la denuncia de un crimen; la lucha por la justicia y la reparación integral de todos los afectados; y el anuncio de una Ecología Integral que ponga la vida por encima del lucro.
«La condición de peregrinos nos recuerda que el pueblo de Dios está en camino para construir la libertad, para buscar la paz y la justicia social. En este sentido, la Peregrinación Regional por la Ecología Integral en Brumadinho refuerza la memoria de los 272 y, más recientemente, de otro de nuestros hermanos, que también murió sepultado por este crimen -dice el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Belo Horizonte y miembro de la Comisión Episcopal de Ecología Integral y Minería, Monseñor Vicente de Paula Ferreira- es una denuncia, un pedido de reparación y la esperanza de sembrar, luchar y buscar una Ecología Integral».
Son muchas las actividades programadas para esta «peregrinación virtual» que comenzó el pasado lunes: intercambio de videocartas entre los afectados; un webinar internacional en directo con la Comisión de Ecología Integral de los obispos brasileños; una edición especial del programa Sarau Versos e Preces el domingo 24 de enero en TV Horizonte. El lunes 25, aniversario de la catástrofe, están previstas otras actividades, entre ellas la celebración en directo de la Santa Misa.
Entre ellos, el llamado «Pacto de los Afectados». Lanzado el 15 de enero, se trata de un documento construido colectivamente por personas afectadas por tragedias de este tipo y procedentes de toda la cuenca de Paraopeba: familias de agricultores, indígenas, quilombolas, colonos, familiares de las víctimas, personas que han perdido sus casas, sus plantaciones, su seguridad hídrica y que aún corren el riesgo de ser contaminados cada día por los residuos mineros que se encuentran en el agua, el suelo y el aire.
Además de la denuncia, el documento aborda aspectos de cómo debe ser la reconstrucción de los territorios afectados, destacando lo depredador del modelo minero: «Este documento reúne nuestros dolores, nuestras denuncias y nuestro grito de justicia y reparación integral de todos los afectados -dice Marina Oliveira, afectada por la tragedia de Brumadinho y entre los responsables de la peregrinación- el documento también trae, a través del amor, la fe y la esperanza, nuestra resistencia diaria contra la minería, contra la que defendemos, en cambio, una Ecología Integral y pensamos en nuevos horizontes, con alternativas económicas y un mundo mucho mejor, diferente de éste, donde la vida está siempre por encima del lucro.»
