«Cambiar de actitud comunicativa y que los obispos no den respuestas a preguntas que nadie se hace ya»
(periodistadigital.com – José Manuel Vidal).- La pregunta del coloquio es clara: Como comunicar en tiempos de Francisco.
La respuesta me parece relativamente fácil, al menos en teoría: Comunicar como el Papa, maestro de la comunicación a todos los niveles: verbal, no verbal, icónica, escrita, gestual…
¿Cómo comunicar eclesialmente en España en tiempos de Francisco? Eso ya resulta ucho más complicado. Creo que, para recuperar su credibilidad perdida (última en confianza social), la Iglesia española centrada en los obispos (por clerical y porque son las fuentes habituales y naturales mediáticas) tiene que cambiar algunas cosas. Sustancialmente cuatro, a mi juicio.
1/ Cambiar de obispos o que los obispos cambien de chip, se formateen con la primavera de Francisco y vuelvan a ponerse en modo Concilio. Con todo lo que eso conlleva…
2/ Cambiar de actitud o e manera de comunicar: Pasar de la arrogancia comunicativa a la dulzura, a la ternura, a la humildad. En lo que se dice y en cómo se dice. Dejar de pontificar, abandonar ese tonillo clerical tan típico, admitir que un obispo no lo sabe todo y que hasta puede equivocarse y no dar respuestas a preguntas que nadie se hace ya.
3/ Cambiar de mensaje. Abandonar los mensajes de la Iglesia del no, que quiere imponer su moral y su cosmovisión a todos. Abandonar el discurso rancio y abstracto que no conecta con nadie y adecuarse a la realidad social y lingüística actual. ¿Cómo, más en concreto? Fácil también: Repetir o rebotar los mensajes papales, adaptándolos a las circunstancias españolas.
4/ Cambiar de formas comunicativas. La Iglesia española sufre una inflación de palabras habladas y escritas y un gran déficit de gestos. Imitar, una vez más a Francisco. Pasar a la comunicación gestual que, en la era de la imagen, es la que más y mejor llega.
Por ejemplo, ¿cuántos obispos se manifestaron en las calles, al lado de las mujeres el 8 M? ¿No queremos defender a la mujer? Obispos en las plazas protestando por la sentencia de La Manada o, al menos, posicionándose inequívocamente con la víctima. Ni uno sólo dio la cara. Sólo Sor Lucía, las monjas de clausura de Hondarribia y de Villaviciosa, Sor Lucía Caram y el Padre Ángel…
En cambio, los socialistas amenazan con una ley sobre la eutanasia y, al instante, sale el secretario de la CEE…Viejas inercias…
¿Cómo queremos recuperar a los jóvenes, si no hemos salido a defenderlos, cuando, según los expertos, les están robando su futuro y van a vivir peor que nosotros?
Esto exige:
–Parresía, capacidad de denuncia profética, abandonar la santa prudencia y arriesgarse.
–Obispos menos pendientes de sus colegas y más atentos a los gritos (signos de los tiempos) de la calle. Obispos callejeros los quiere el Papa.
-Aprovechar las perchas de la actualidad, para crear agenda.
–Tratar a los periodistas como instrumentos necesarios. Más aún, mimarlos.
Obispos menos pendientes de sus colegas y más atentos a los gritos (signos de los tiempos) de la calle