Los obispos de las Comisiones Episcopales de Medios de Comunicación de España y Portugal hemos tenido esta semana, del 2 al 4 de julio, el encuentro anual en la ciudad de Maia, diócesis de Porto (Portugal).
(CEE).-En esta ocasión, los tres días de trabajo, bajo el título Los jóvenes y la comunicación, han estado centrados en el próximo sínodo de los obispos sobre “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, que tendrá lugar en octubre en Roma, convocado por el Papa Francisco.
Para el trabajo hemos contado con la ayuda de Leticia Soberón, miembro del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, y de Joaquim Freitas, Jefe adjunto del Cuerpo Nacional de los Scouts Católicos de Portugal.
Después de la reflexión común, ofrecemos algunas consideraciones sobre la situación actual de la comunicación de la Iglesia y los jóvenes y tres propuestas que podrían iluminar nuestros trabajos futuros.
En primer lugar, comprobamos que hoy, más que nunca, el medio comunicativo –de manera especial internet y las redes sociales- configura nuestro modo de ver el mundo, de elaborar el pensamiento, de relacionarnos con los demás. El paradigma textual, más lineal y analítico, está siendo sustituido por la comunicación a través de las imágenes, con una sucesión de ideas inconexas y fragmentarias. Cada uno de estos paradigmas de comunicación es comprendido por generaciones culturales distintas.
En este sentido, constatamos que la comunicación de la Iglesia permanece mayoritariamente en el paradigma cultural anterior al creado por las redes sociales. Esto es algo habitual ya que, tras el cambio de un ambiente cultural, la mente humana queda ligada, por un largo periodo de tiempo, al modo de razonamiento anterior.
Por eso, al utilizar la comunicación para la difusión del mensaje cristiano entre los jóvenes, predomina una comunicación unidireccional, creada por adultos, con el modo lineal y analítico de la anterior cultura. De este modo los jóvenes no son capaces de comprender qué se les dice a causa del cómo se les dice: en este caso, el medio dificulta el mensaje.
A la vista de estas consideraciones, ofrecemos algunas propuestas que puedan mejorar esta comunicación:
- Sin dejar la centralidad del mensaje cristiano, hay que atender a los flujos de la información, a cómo hacer ésta más eficaz y atractiva para los jóvenes. Las tecnologías usadas para comunicar, antes que ser auxiliares en el transporte de señales e informaciones, son factores que alteran y modelan las relaciones sociales y la psicología humana. La Iglesia debe ofrecer su mensaje adaptado a esta nueva cultura de la comunicación, predominantemente visual y fragmentaria. Tenemos que pasar con naturalidad de lo digital a lo real, de lo real a lo digital; de la comunidad formada por personas a la comunidad formada por perfiles y viceversa.
- La Iglesia necesita profundizar su visión antropológica para dar respuestas a los retos planteados por relaciones que ya no son sólo reales, sino también digitales y virtuales. Urge una antropología que señale el valor de la dignidad de la persona humana en el mundo digital, sus rasgos, sus derechos y la imagen de Dios que subyace en esos perfiles.
- En la evangelización, los jóvenes deben ser sujetos de comunicación, productores de contenidos y creadores de parábolas. Debemos seguir promoviendo un ambiente que posibilite el diálogo entre todos a partir de sus conocimientos, convicciones y sentido para la vida. Es lo que podemos llamar “sinodalidad cotidiana” que se consigue, no solo por cambiar los lenguajes y las estrategias de comunicación, sino por multiplicarlas de acuerdo con los destinatarios.
Al terminar este encuentro fraterno deseamos manifestar nuestro agradecimiento a todas las personas que, con su hospitalidad y buen hacer, han facilitado la convivencia entre los participantes y el conocimiento del entorno social y humano. Aquí, en esta tierra, hemos escuchado que “antes de hacer negocios, hacemos amigos”, y pensamos que éste podría ser un buen principio para la comunicación, también de la Iglesia.
Comissão Episcopal da Cultura Bens Culturais e Comunicações Sociais
Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social