El prelado más famoso de Estados Unidos, que cosecha audiencias millonarias en YouTube, ya tiene incluso redactada la regla que la regiría
(eldebate.com).-Internet no es simplemente una herramienta para difundir el Evangelio, sino un campo de misión en sí mismo, que exige una respuesta dedicada de la Iglesia. Esa es la convicción que ha movido a monseñor Robert Barron, obispo de Winona-Rochester (Minnesota, Estados Unidos) y fundador de la exitosa plataforma de Internet Word on Fire, a anunciar la fundación de una congregación religiosa de sacerdotes cuya dedicación principal sea la evangelización digital. De este modo, monseñor Barron se convertiría en una suerte de San Francisco de Asís o un San Ignacio de Loyola —fundadores de los franciscanos y los jesuitas respectivamente— que, en lugar de enviar a sus misioneros por todo el mundo, evangelizarían en el Sexto Continente, como se ha dado en llamar a Internet.
Esa es, al menos, su idea, que compartió hace unos días a través de su plataforma y de sus redes sociales y que ha recogido Zenit. Pero no se trata tan solo de un deseo abstracto: el mediático obispo ya ha detallado que busca un grupo inicial de tres a cinco sacerdotes y un número similar de novicios, que vivirán en comunidad bajo una regla espiritual que el prelado ya ha redactado. Todavía no ha trascendido el nombre que tendría la congregación, pero ya disponen de una casa donde empezar: un donante de Word on Fire ofreció una en Rochester (Minnesota) donde los candidatos vivirán, estudiarán y comenzarán su misión. Además, el carismático obispo anunció también una campaña de recaudación de fondos que, en pocos días, logró reunir 300.000 dólares.
La iniciativa, sin embargo, debe superar aún varias pruebas. Pese al prometedor inicio, Roma deberá dar –tras un tiempo prudencial– su visto bueno definitivo y certificar que se trata de una congregación religiosa que posee un verdadero carisma inspirado por Dios. Asimismo, tendrá que contar con un número suficiente de miembros, unas constituciones aprobadas, una economía sostenible y un necesario rodaje en el campo del apostolado.
¿Demasiados riesgos?
En torno a la evangelización en Internet, desde hace años se ha generado un intenso debate en la Iglesia. ¿Es realmente eficaz? ¿Es solo una primera etapa que, posteriormente, debe complementarse con la participación en una comunidad? ¿No entraña demasiados riesgos, especialmente después de ver cómo numerosos sacerdotes influencers han abandonado el ministerio tras alcanzar la fama en las redes sociales? ¿El impacto de la evangelización digital no es un tanto superficial en las personas?
El propio Barron ha reconocido en numerosas ocasiones que Internet es un punto de partida, y no el punto final, de la conversión o el reavivamiento de la fe de una persona. Su apostolado de Word on Fire ha generado innumerables frutos apostólicos en personas de todo el mundo que, después, se han integrado en una parroquia o en alguna realidad de la Iglesia.
Los vídeos de monseñor Barron, abordando los más variados temas de la fe de manera clara, directa y ortodoxa, han recibido en torno a 200 millones de visualizaciones; cuenta con casi dos millones de suscriptores en YouTube y con tres millones en Facebook y otras redes sociales. Desde luego, si alguien puede recibir un carisma fundacional para iniciar una congregación religiosa que evangelice en Internet, el obispo de Winona-Rochester sería uno de los más firmes candidatos.