En el encuentro en el Aula Pablo VI con miles de lectores de la revista católica más difundida en Italia, que cumple 90 años, la invitación del Santo Padre a los periodistas es estar atentos a las relaciones como centro de la práctica comunicativa y a las “redes” como lugares donde buscar nuevas formas de presencia y de acción. El método a aplicar -afirma- es siempre el diálogo y la escucha.
(vaticannews.va).-«Como una buena abuela, que ha visto tanto y ha adquirido sabiduría»: así comienza el Papa Francisco su discurso a la gran familia de «Familia Cristiana», la revista católica más difundida en Italia, que ha alcanzado el hito de los 90 años de vida. Recuerda su génesis, en el espíritu apostólico del beato Santiago Alberione, recomendando perseverar en la escucha de las personas y de los lectores.
Los dos caminos de la fraternidad y de la ecología integral
El Papa subraya que son precisamente las lectoras y los lectores “el verdadero patrimonio” de una revista como Familia Cristiana. Recuerda que la peculiaridad, desde sus orígenes, puesta en práctica desde la dirección, la redacción y los periodistas fue alimentar el contacto con la gente. Y este es “un vínculo que se renueva incluso en la transformación digital que estamos atravesando”, precisa Francisco. También cita una de las prédicas del santo Santiago Alberione, fundador de la Familia Paulina, cuando afirma “Introducir el cine en las parroquias y hacer suscripciones a los periódicos. El periódico católico es como una visita de Dios en los hogares” (Prediche alle Pastorelle, libro VII, 1981, 318).
“Esta ha sido siempre la principal línea editorial de los paulinos: estar atentos a las relaciones como clave de la práctica comunicativa, y a las «redes» como lugares de creación colaborativa de significados y contenidos; buscar nuevas formas de presencia y acción, vinculadas no tanto a los medios como a la cultura y a la nueva gramática de la comunicación; y al servicio de todo el pueblo de Dios, especialmente de los hombres y mujeres que habitan las periferias de hoy.”
Esta línea es siempre válida y, por supuesto, debe actualizarse en función de las grandes orientaciones de la evangelización; hoy se abren ante nosotros, en particular, dos caminos: el de la fraternidad y el de la ecología integral. Hay que recorrer estos caminos, pero el método sigue siendo el mismo: el diálogo y la escucha, que permiten cultivar las relaciones.
La relación con el otro no es reducible a una conexión
El diálogo, añade el Papa, «no se reduce a un intercambio de datos o de información, y la relación con el otro no se limita a una conexión. Y añade bromeando: «Alguien me dijo que la guía telefónica es la que más datos tiene y la que más caracteres tiene pero sin comunicación, ¡curioso!». Y luego llega al quid de la cuestión -reiterado en más de una ocasión-, a saber, que «la comunicación es un ejercicio más amplio.
“Superar la autorreferencialidad para mirar hacia un horizonte más amplio es indispensable en este momento de cambio. Para conocer a los interlocutores de su misión y acercarse a ellos, el comunicador debe hacer un viaje «de ida», cambiando de actitud y mentalidad si es necesario. Este es el camino que nos mostró el Concilio Vaticano II, y luego San Pablo VI, San Juan Pablo II; pero antes, este es el ejemplo del Apóstol Pablo, que comunicando el Evangelio creó relaciones e hizo comunidad.”
San Alberione: La importancia de involucrar periodistas y expertos
El fundador de la Familia de los Paulinos imaginaba una revista que llevase a las familias una visión cristiana de la actualidad, de los grandes temas del mundo y de la Iglesia. Francisco lo recuerda, así como subraya el espíritu de equipo que ha siempre animado el compromiso de los sacerdotes y el de la dirección y de la redacción, juntas.
En el transcurso de la larga historia de la revista, los religiosos hermanos se han ocupado principalmente de la fase técnica de la impresión, las hermanas de la distribución en los hogares, la sensibilización en las parroquias se ha confiado a un trabajo más coral. «Pero la colaboración pronto se extendió a periodistas y expertos en todos los campos», dice el Papa y vuelve a citar a Alberione:
El P. Alberione ya decía a los jóvenes sacerdotes en 1915: «Sembrar buenas ideas para que den fruto en buenas obras: esta es la obra que importa. Ideas religiosas, ideas sociales, ideas de economía, ideas de virtud, ideas de higiene, etc. […]. Cuando sepamos que una idea puede hacer el bien, que un hecho puede hacer interesante un periódico, será útil comunicarlo: es un talento que Dios da: hagámoslo fructificar» (Apuntes de Teología Pastoral, n. 340).
Evitar los «pequeños grupos de autoconservación”
El Papa continúa describiendo este mecanismo y nos insta a actuar, mirando hacia adelante, con los pies plantados en el Evangelio.
Y teniendo cuidado de mirar cuando hay algún movimiento hacia atrás para denunciarlo y decir que esto no es cristiano. El autor de la Carta a los Hebreos dijo: «No somos gente que va hacia atrás» (cf. 10:39). Avancemos con la fuerza del Evangelio, con la fuerza comunicativa que crea comunidad; no retrocedamos para crear grupitos de autoconservación, que acabarán convirtiendo nuestra alma en una pieza de museo, tened cuidado en esto.
Una cita más del fundador de la Familia Paulina:
Y concluyamos con una palabra del P. Alberione que resume su camino carismático: «No se puede dar mayor riqueza a este mundo pobre y orgulloso que Jesucristo, él es la mayor riqueza. María dio al mundo la gracia en Jesucristo; sigue ofreciéndola a lo largo de los siglos. […] El mundo necesita a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. María la da a través de los apóstoles y apostolados, a los que suscita, forma, asiste y corona con fruto y gloria en el cielo». (Abundantes divitiae gratiae suae, 1953, p. 108).
El director: el vínculo con el público, más allá de la lógica empresarial
«El vínculo con el público, muy fuerte y auténticamente familiar, siempre ha ido más allá de la lógica del negocio editorial», explica el director de Familia Cristiana, el padre Stefano Stimamiglio, recordando un aspecto que, según él, ya había sido subrayado por el propio Francisco en la carta de buenos deseos recibida el pasado diciembre. Allí el Papa había agradecido el compromiso de la revista que, «en un tiempo en el que a veces se acostumbra a la dureza como criterio de comparación», se mantiene como una presencia amable, «un periódico del pueblo y para el pueblo, atento a dar la palabra a los más débiles y marginados». Según el codirector Luciano Regolo, el Papa continuó en la carta invitando al semanario «a servir a la verdad con amabilidad a través de un buen periodismo que no dé espacio a la cháchara mediática y no se adhiera a ningún otro bando que no sea el del Evangelio, escuchando todas las voces y encarnando esa dócil mansedumbre que es buena para el corazón».