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El trabajo de la Comisión Teológica y las claves para comprender el proceso sinodal

«Unidad, eclesiología de comunión y espacio para el discernimiento», son algunos de los puntos clave que destaca Monseñor Luis Marín de San Martín, Subsecretario del Sínodo de los Obispos y Coordinador de la Comisión Teológica, para comprender mejor la finalidad del proceso sinodal que se inaugurará en octubre de 2021 y el cual define como un kairós, «un tiempo de Dios que nos remite a la esencia misma de la Iglesia: caminar juntos».

(vaticannews.va).-A través de un comunicado, Monseñor Luis Marín de San Martín, Subsecretario del Sínodo de los Obispos y Coordinador de la Comisión Teológica reflexiona sobrealgunos puntos clave para comprender mejor el proceso sinodal que se inaugurará en octubre de 2021 y el cual define como un kairós«un tiempo de Dios que nos remite a la esencia misma de la Iglesia: caminar juntos».

Unidad 

El prelado destaca la importancia de que en el proceso «se mantenga la unidad en Cristo y unidad de los cristianos entre sí», ya que «el caminar juntos no es una invención o una ocurrencia del presente, sino el modo de ser Iglesia, como lo son también la comunidad o la misión»:

“Es lo que San Agustín denominaba el ‘Cristo Total’, cabeza y miembros. No hay unidad entre los miembros sino en Cristo. Y esta unidad es pluriforme, no uniforme”

Una eclesiología de comunión 

Otro de los puntos en los que el Subsecretario del Sínodo hace hincapié es en la eclesiología de comunión (la disciplina teológica que estudia la Iglesia en todos sus aspectos) especialmente teniendo en cuenta que el Pueblo de Dios «somos todos los cristianos, con distintas funciones y diferentes vocaciones».

El Sínodo no es un parlamento, se trata de discernir

Igualmente, Monseñor Luis Marín indica en su comunicado que el Sínodo es una realidad que nos remite a la vivencia de la fe:

«No es un evento, sino un proceso: el hecho de hacer camino juntos. Eso es lo que significa Sínodo. Por tanto lo esencial es la autenticidad de la vida cristiana, su coherencia y no debe ser un acto meramente administrativo en el que se reparte el poder, sino un acontecimiento del Espíritu y en el Espíritu», argumenta el prelado.

En este contexto, para el coordinador de la Comisión Teológica, el Sínodo «no es parlamentarismo ni confrontación ideológica», sino discernimiento en el Espíritu y corresponsabilidad de acuerdo al carisma de cada uno: «el laico como laico, el clérigo como clérigo».

Y para recorrer este camino -afirma- «necesitamos no solo un cambio de mentalidad, sino un cambio del corazón», en otras palabras «una conversión». Monseñor Marín también responde a varias cuestiones centrales que influyen en el desarrollo del proceso sinodal.

– ¿Cuál es el papel de la teología en el Sínodo?

Podemos pensar, de manera equivocada, que la teología es un mero ejercicio intelectual, un pasatiempo propio de ciertas élites eclesiales. Sin embargo el Concilio Vaticano II, en la constituición Gaudium et Spes (n. 62), nos recuerda la teología está orientada a comunicar la doctrina a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, es decir, a la inteligencia de la fe. ¿Para qué? Para conocer al Dios revelado en Cristo y testimoniar la Buena Noticia de salvación. Debe ser una experiencia de amor que nos lleve a la misión. Sin duda alguna, la teología debe estar presente en el Sínodo.

– ¿Qué trabajo realiza la Comisión Teológica del Sínodo?

En la Secretaría General del Sínodo hemos creado cuatro Comisiones de apoyo (Teológica, para la Metodología, para la Espiritualidad y para las Comunicaciones). Yo coordino la Comisión Teológica, que nace en el espíritu de servicio y comunión marcado por la eclesiología del Concilio Vaticano II y quiere participar, ayudar y colaborar en el camino del Pueblo de Dios, en este tiempo de gracia que supone la sinodalidad. 

Está formada por veinticinco miembros procedentes de los cinco continentes (19 países). Son especialistas en diferentes ciencias Eclesiásticas (Teología Dogmática, fundamental, Moral, Pastoral, Patrología, Ciencias Bíblicas, Filosofía, Derecho Canónico), de reconocidio prestigio. Agradezco mucho su disponibilidad e implicación.

– ¿Qué tareas desempeñan?

En concreto, las tareas que nos han encargado son: dar un soporte teológico a la Secretaría del Sínodo y ayudarla en lo que pueda necesitar; revisar los textos y documentos y aportar eventuales sugerencias; presentar propuestas teológicas para el desarrollo de la Sinodalidad; producir y compartir materiales de profundización teológica y de formación; trabajar estrechamente con las demás Comisiones.

Estamos también disponibles para ayudar especialmente a las Reuniones Internacionales de Conferencias Episcopales y a colaborar con ellas. Además hemos creado cuatro subcomisiones o grupos de trabajo de amplia proyección: Bibliografía Sinodal; Diccionario de la Sinodalidad; Revisión canónica; Formación permanente. Está en curso establecer una base bio-bibliográfica de los miembros de la Comisión. También tendremos una sección en la página web que esperamos esté activa ya en la inauguración del proceso sinodal, en octubre.

– ¿Qué nuevas formas se pueden encontrar para concretar la sinodalidad?

Más que centrarnos únicamente en ampliar la participación de laicos, religiosos y sacerdotes en el Sínodo de los Obispos (que por definición seguirá siendo “de los obispos” y que tiene un concreto desarrollo histórico), creo que la tarea principal es doble: por una parte lograr que el obispo que participa en el Sínodo haya hecho un discernimiento como pastor, encuchando a sus diocesanos, incluyendo las periferias. 

Pero también es imprescindible dar un paso más: no solo evaluar y potenciar las diferentes formas de expresión sinodal (por ejemplo, los consejos pastorales parroquailes y los consejos episcopales) sino también buscar otras posibilidades en las que concretar la sinodalidad del Pueblo de Dios. Se puede ir mucho más allá; debemos ser creativos. El Sínodo de los Obispos es una válida forma de expresión sinodal pero no es ni debe ser la única. A esto podemos ayudar desde la Comisión Teológica.

– ¿Cómo caminar hacia un horizonte de esperanza?

En la Comisión Teológica, creada para colaborar en el desarrollo de la Sinodalidad en la Iglesia, iniciamos nuestra tarea con humildad y entusiasmo, abiertos al diálogo como instrumento. Queremos ponernos, todos, a la escucha del Espíritu para reconocer sus mociones y orientarnos decididamente a la misión. Tenemos presente que nuestro fundamento es la unidad en el Señor Jesús, a quien seguimos en pluralidad de formas (unidad  pluriforme). Puedo decir que, en esta tarea, me ayuda mucho un pensamiento de San Juan XXII: “Es necesario pensar a lo grande y mirar alto y lejos”. De eso se trata.

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