Compartir la Buena Noticia, que Dios nos ama, nos reconcilia con Él a través de Jesús. Lo más importante no solo es transmitir el mensaje, sino cuidar la forma en que lo hacemos
(eldebate.com).-Las redes sociales están dando una gran oportunidad a la Iglesia de hoy para intentar conectar con ese público que está alejado de la pregunta trascendente, y la clave es ver cómo enfocar esos mensajes a los distintos públicos. Instagram, YouTube, TikTok… Como en cualquier otra institución, la Iglesia no puede mantenerse al margen de la virtual forma de conectar con sus fieles o de captar nuevos. Por eso, cada vez son más los sacerdotes que se suben al carro de las redes sociales para publicar una homilía o una reflexión.
Para evangelizar lo principal es que comuniquemos «La Buena Noticia». Compartir la Buena Noticia, que Dios nos ama, nos reconcilia con Él a través de Jesús y este nos da la Vida Eterna. Lo más importante no solo es transmitir el mensaje, sino cuidar la forma en que lo hacemos.
Compartir mensajes de la Iglesia, actividades, fotos de nuestras actividades, argumentos para defender nuestras posturas, música, reflexiones espirituales, invitaciones a eventos.
El propio obispo José Ignacio Munilla, ha hablado del sexto continente, internet, como un nuevo espacio en el que hacer misión, así como el arzobispo, Carlos Manuel Escribano, que en varias ocasiones ha a animado a meternos de lleno en este territorio de misión «online».
El Debate, quiere ofrecerles unos consejos para optimizar y ser más efectivos con los mensajes en redes sociales.
Más que portavoces de la parroquia
Muchos de los perfiles, sobre todo los comunitarios, los de parroquias y grupos; más que un medio de evangelización, parecen un canal de noticias, pero no es sinónimo de evangelizar. Basta con visitarlos, para enterarse de todo lo que ocurrirá y ocurrió, como las actividades del Papa, del Obispo, la actividad benéfica que se hizo en la parroquia, los retiros, la próxima jornada de formación y así, una lista infinita de las muchas cosas que ocurren en la Iglesia. Esto es importante para el grupo, pero no para aquellos que están fuera. Si nos hacemos la pregunta ¿A alguien que necesita consuelo y esperanza, le servirá de algo saber que el Obispo acaba de confirmar a 12 adolescentes?
Qué bien estuvo la actividad a la que no fui…
Una cosa es evangelizar, otra es compartir fotos de lo que se hace, y cuando se trata de «álbumes de 300 fotografías de la última Eucaristía mensual para niños», tienen poco que ver con evangelizar en Internet, teniendo más que ver con dar testimonio de aquello que las comunidades hacen. Tal vez tomarse el tiempo necesario para seleccionar las fotos que puedan impactar más y que representen la solemnidad del momento.
Nos acompañamos, hacemos comunidad
Es fundamental, tener claro, que no solo se trata de compartir conocimientos y contenidos. También hay que apostar por el acompañamiento real, las conversaciones «uno a uno», de consejos, de preguntas y respuestas. Las redes sociales no solo son un muro donde pegamos informaciones, puede ser también una gran cafetería donde nos podemos sentar solos, en pareja o con un gran montón de amigos.
Tan cercanos nos sentimos, que las redes sociales nos permiten sentirnos cerca e incluso establecer amistades, con personas que nunca hemos visto.
Escoger el momento y el lugar
¿Les ha pasado que compartes la imagen de una actividad o evento y después de unos días no tiene ni un solo «me gusta?». Tal vez no es problema de tu mensaje, sino que del lugar donde se publicó. Cada red social, cumple una misión y hay que elegir bien donde queremos publicar un evento, un retiro o una noticia del obispo o la actualidad del Papa.
Confundir WhatsApp con el perfil de Instagram
Sin duda «WhatsApp» cambió la forma en que nos comunicamos, sobre todo porque tenemos «grupos» con las personas que forman parte de nuestro trabajo, de nuestros proyectos y por supuesto, los de la Iglesia.
Es genial cuando el grupo de WhatsApp de «los de la Iglesia» es una instancia para saludarse, desearse un buen día y mantenerse conectados con las vidas de los demás, además de intercambiar mensajes de trabajo
Lo incómodo (y que hace que muchos silencien los grupos por un año, y ojalá se pudiera hasta la eternidad) es que algunos usan esta red social como su muro de Facebook o su perfil de Instagram y envían imágenes, noticias, videos, canciones y un montón de cosas, que, además de dejar nuestros teléfonos sin memoria, hacen que terminemos detestando ese «grupo de WhatsApp» porque al final de cada día tenemos cientos de mensajes por revisar y pocos tienen que ver con el objetivo que tiene ese grupo.
Por esto, cuidemos la comunicación dentro de la Iglesia, para que no nos pase que terminamos por ignorar todo lo que nos dicen y que también nos ignoren a nosotros cuando decimos algo.
La jornada mundial de las frases cursis
«Ven a vivir nuevas experiencias», «Jesús te espera», «Conocerás nuevos amigos», «Una experiencia que no olvidarás»…. ¿Te suena todo esto? Es como el cuento de Pedrito y el lobo: lo hemos repetido tanto que ha perdido valor. Es probable que se logre captar más la atención si nos detenemos un poco a pensar y le pedimos al Espíritu Santo que nos sople ideas nuevas y frescas para cautivar a más corazones.
El que busca peleas… las encuentra
Hay publicaciones que incitan a respuestas agresivas, es evidente que carecen de espíritu evangelizador y mucho de calentar los ánimos.
Es como si estuvieran moviendo los brazos y ajustando los guantes para pelear. Esas discusiones que no hacen más que alejarnos los unos de los otros y que no solo aleja a los que discuten sino a todos, no tienen ningún sentido.
El Poder de los hashtags
El signo numeral «#» es más conocido como «Hashtag», gracias a los sitios de redes sociales como Twitter e Instagram. Los hashtags permiten diferenciar, destacar y agrupar una palabra o tópico específico en estas redes. Ellas ayudan a organizar el contenido, haciendo búsquedas de palabras clave y el seguimiento de los temas específicos de manera más fácil: #cristovive, #mipasionesCristo, #Salvadosporunamirada, #papafrancisco, #missacerdotes, #sialavida, #cristovive, #virgenmaria.
Instagram, historias y reels
Hoy en día, la mayoría de las redes sociales cuentan con storys: Facebook, Instagram… incluso LinkedIn; pero esto no era así antes del 2016, momento en el que la herramienta surgió. Además de esto, en este último año hemos visto el surgimiento de plataformas de vídeos breves como TikTok, y el intento de muchas otras por imitar su formato de contenido (como Youtube Shorts e Instagram Reels). ¿Por qué tienen tanto exito? ¿Cómo podemos provecharlas para la evangelización?
Con estas herramientas se puede captar la atención del usuario en esos 15 segundos, por eso la importancia del dinamismo y atractivo visual. Además, según datos de Facebook, de los 1.000 millones de usuarios activos, más de la mitad comparten storys diariamente.
‘Duc in altum’
En este aspecto la Iglesia va con retraso: En el marketing religioso todavía queda mucho por hacer. No tenemos que vender nada porque la fe es un don, pero no hay que usar solo la palanca de la comunicación, sino que hay que saber relacionarse con el público. Para evangelizar en redes, antes de publicar, deberíamos hacernos una pregunta, para que cumplamos la función por la que estamos en redes con el propósito de evangelizar: ¿edifica, construye, da esperanza, es una Buena Noticia, quien lo lea recibirá algo de parte de Dios?