Son aquellos para quienes la tecnología es casi inalcanzable desde el punto de vista de su cultura o desde sus recursos económicos.
Aquellos que en una asamblea no hablarían por temor al ridículo pero que sí son capaces de dar su opinión en FB o TW
Aquellas personas que disienten o que no se sienten integradas. Para esas personas, las redes sociales y las webs pueden ser un camino de acercamiento y de comprensión de mundos y lenguajes diferentes.
Llegar a ellos es entenderles, escucharles y acogerles. Hacerlos parte de la Iglesia y convocarlos a dar a conocer el testimonio de Jesús en el mundo digital.