Jornada Mundial de la Comunicación

Francisco: la comunicación debe ser «desarmada»

«Compartan con mansedumbre la esperanza que hay en sus corazones» es el tema elegido por el Papa para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2025, dado a conocer hoy: en lugar de la agresión y el deseo de dominar, prevalece la difusión de la esperanza

La palabra «a punta de pistola» siempre ha existido en ciertos tipos de información. En las esferas política, social, económica. Alineada en el frente de una opinión, de una ideología, está en guerra contra las ideas de los adversarios, arrinconada por argumentos que no dejan atisbo de confrontación. Desde hace años, el Papa compone un mosaico para una comunicación «más humana», y el lema de la Jornada Mundial 2025 -anunciado hoy por la Oficina de Prensa del Vaticano- añade una pieza, con un título que suena a llamamiento a los profesionales del sector: «Compartan con mansedumbre la esperanza que hay en sus corazones».

No al «paradigma de la competencia»

Una nota precisa que el tema elegido para el próximo año se detiene en el hecho de que «hoy en día, con demasiada frecuencia, la comunicación es violenta, destinada a golpear y no establece las condiciones para el diálogo». Por lo tanto, es necesario, prosigue, «desarmar la comunicación, purificarla de la agresión», pasando «de las tertulias televisivas a las guerras verbales en las redes sociales», donde «el paradigma que corre el riesgo de imponerse es el de la competencia, la oposición y la voluntad de dominación».

Un mensaje creíble

La comunicación a la que invita Francisco está marcada por la esperanza y para los cristianos, dice la nota, «la esperanza «es una persona y es Cristo». Este tipo de comunicación, se enfatiza, «siempre está ligada a un proyecto comunitario; cuando hablamos de esperanza cristiana, no podemos ignorar una comunidad que vive el mensaje de Jesús de manera creíble hasta el punto de dar cuenta de la esperanza que trae consigo, y es capaz de comunicar la esperanza de Cristo también hoy con obras y palabras».

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