Se trata de un proyecto con el que la CEP pretende brindar ayuda a todos aquellos que se encuentran en situación crítica y necesitan algún tipo de cobertura para vivir con las condiciones básicas.
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Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
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(vaticannews.va).- La Conferencia Episcopal de Paraguay anuncia su deseo de crear una base de datos para conocer la realidad de los 263 Diáconos Permanentes que hay actualmente en todo el país y la cuál ofrecería reseñas como “la situación laboral”, “la calidad de vida” y “las necesidades para acudir y ayudar a aquellos que se encuentran en situación crítica”, ayudando de esta manera a mejorar el trabajo ejecutivo del Diaconado Permanente. “En la Arquidiócesis, por ejemplo, tenemos Diáconos que son de profesión arquitecto, abogado, odontólogo, entonces al tener ese registro podremos determinar de qué manera nos ayudamos entre todos” aseguró el Diacono Francisco Inchausti, quien explicó además que esto beneficiaría a los ciudadanos que tengan necesidad porque se abaratarían los costos y se practicaría la solidaridad.
El Diacono Inchausti también habló de la urgencia de crear este Directorio para asistir en especial a las personas que se encuentran en el campo, porque, “debido a que muchos no tienen una jubilación asalariada – explicó – necesitan algún tipo de cobertura para vivir con las condiciones básicas”.
Dicho documento fue entregado a Monseñor Pedro Collar por parte del secretariado del Diaconado Permanente y actualmente está en proceso de estudio para su aprobación y publicación.
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¿Qué es un Diacono Permanente?
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Según como lo afirma el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 1554, un Diácono Permanente es un hombre ordenado que está destinado a ayudar y a servir a los obispos y a los presbíteros. Pueden estar casados, también pueden bautizar, bendecir matrimonios, asistir a los enfermos con el viático, celebrar la liturgia de la Palabra, predicar, evangelizar y catequizar. Pero lo que no pueden es – a diferencia de un sacerdote – celebrar el sacramento de la Eucaristía, confesar o administrar el sacramento de la unción de los enfermos.
Además, en el caso de hombres casados, se requiere una serie de requisitos, entre los que destacan: llevar más de 5 años de casados, tener una edad comprendida entre los 35 y 60 años y tener estudios superiores.