(ticbeat).- La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha anunciado que ha incluido la ciberdefensa como una primera línea potencial en caso de un conflicto
Las guerras del siglo XXI ya no se libran (sólo) por tierra, mar y aire. Y es que, la irrupción de Internet ha impulsado el ciberespacio como un nuevo terreno en el que los ejércitos de todo el mundo deben poner sus miras para proteger sus intereses estratégicos, no sólo digitales, sino también sus infraestructuras críticas, como centrales nucleares, bases militares o redes eléctricas y de distribución.
En ese sentido, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha anunciado que ha incluido la ciberdefensa como una primera línea potencial en caso de un conflicto. De este modo, se unirá a la tierra, mar y aire como “dominio operacional” esencial ante cualquier incidente o guerra internacional.
Este avance se ha producido durante la segunda actualización de la estrategia de defensa digital de esta alianza en los últimos dos años, en la que también se exige un aumento del gasto en seguridad e intercambio de información de los miembros de la alianza, incluyendo a España. De hecho, la OTAN va a impulsar de forma decidida la interconexión de sus redes nacionales y sus sistemas de datos, de forma que pueda compartirse información sobre objetivos militares y terrorismo a mayor velocidad y aprovechando mejor las sinergias operativas de cada ejército.
Entre las principales ciberamenazas a las que teme la OTAN se encuentran los hackers respaldados por ciertos gobiernos o los ataques a los sistemas de control de infraestructuras críticas, informa el portal norteamericano ZDNet.
Los objetivos primordiales de la OTAN en el campo de batalla digital
El nuevo plan estratégico de la OTAN para librar las futuras batallas en el campo digital, se incluyen distintos parámetros y factores en los que los distintos países miembros deben ir avanzando para garantizar un alto nivel defensivo. Estos son:
- La asignación de recursos “adecuados” a nivel nacional para fortalecer nuestra capacidad de defensa cibernética
- Mejorar la comunicación entre los organismos de defensa nacional cibernéticos
- Mejorar la comprensión de las amenazas informáticas, incluyendo el intercambio de información y sus evaluaciones
- Mejorar las habilidades y el conocimiento de la “salud cibernética fundamental” a través de las defensas cibernéticas más sofisticadas y robustas
- Mejorar la educación en seguridad cibernética, la formación y los ensayos estratégicos
- Acelerar la ejecución de los compromisos de ciberdefensa, incluyendo aquellos sistemas nacionales de los que la OTAN depende.