Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella
.
En la entrega de los premios Bravo del 2015, Mons. Enrique Planas nos obsequió con estos consejos que han nacido de cinco fuentes que han fraguado una especial sabiduría desde la experiencia comunicativa y eclesial. Por una parte su trabajo de más de 20 años en el Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales, sus recorridos por todo el mundo enlazando y reuniendo comunicadores católicos, sus servicios al diálogo entre la fe y la cultura desde la comunicación y el cine, su vivencia de la comunicación como lugar de espiritualidad así como para el anuncio cristiano y, su pasión por generar redes de colaboración en la Iglesia sin excluir a nadie.
.
Os ofrezco sus palabras:
…
- Señalo una serie de criterios, supuestos, condiciones, aspectos, opiniones, juicios… llámenlos como quieran, que creo útiles para quien tenga una cierta responsabilidad en algunos campos de la pastoral católica de la comunicación.
- Amar el pasado, saberse herederos de una realidad histórica sin la cual no seríamos lo que somos.
- Sumergirse amorosamente en la realidad, tal como es. Y si hay que influir en ella o modificarla, tengamos como norte el Evangelio.
- Saber que con el tiempo todo puede tener arreglo, o mejor, todo puede construirse. Servir a la Iglesia con alegría, divirtiéndose si es posible; creo que es así como ella quiere ser servida.
- Aunque no falten responsables de Iglesia a los que un tono fúnebre no parece molestarles.
- No supeditar jamás la creatividad a la carrera y menos la verdad. Saber y reconocer que el mérito es de quien lo tiene y no en función de la posición que alguien ocupe en el organigrama.
- Actuar con conciencia de red (la Iglesia, desde su origen lo tiene claro), sabiendo que es más importante la vocación de nudo, más que la de ser enlace.
- Ayudar a construir la realidad comunicativa con criterios de armonía, sin crispaciones.
- Hacer comunicación social ha de ser lo más parecido a la composición de una sinfonía.
- Saber gestionar la complejidad.
- Tener conciencia de que vivimos un momento clave: un cambio de época más que un cambio de fase.
- Lo cual es una excelente ocasión para introducir o recuperar belleza, armonía, equilibrio, buen estilo, amabilidad, educación, etc.
- Saber oír y contrastar sin dejarse influenciar.
- Amistad con todos y no meterse ni dejarse zarandear por la política.
- Evitar y no animar la autocomplacencia, tan frecuente en los aledaños del poder ya sea político, económico, mediático, etc.
- Rodearse de personas que valgan más que uno.
- Ser conscientes de que la Iglesia va por delante, es pionera, es maestra de (vieja y nueva) humanidad…
- No temer el riesgo cuando es el caso.
- Ser prudente no es no hacer sino poner los medios adecuados para actuar con eficacia, para crear.
- Siempre con la verdad por delante y con elegancia y finura espiritual.
- No aceptar presiones políticas, económicas o ideológicas.
- Huir de los fundamentalismos, incluso de aquellos que visten piel de cordero.
- Un cristiano de la verdad hace un culto y es, por tanto, un ser libre.
- No tratar a los miembros del pueblo de Dios como a eternos adolescentes.
- Juan XXIII recordó que lo que importa de veras es Jesucristo bendito, su Evangelio, la Santa Iglesia, la verdad y la bondad… no la defensa del sistema.
- Hagamos que la comunicación social sea la agencia de sentido que está llamada a ser. Y, a menudo, la verdad está reñida con lo políticamente correcto.
- El frecuente y tú más no sirve para nada ni convence a nadie. Ética, estética y funcionalidad son claves en la comunicación social.
- Hacer red no es construir corporativismo. Sobre todo no condescender con el eclesial, nada infrecuente.
- No crear problemas doctrinales. Aunque a los medios católicos también les corresponde facilitar e incluso ejercer la función profética.
- Digamos las cosas sin ambages, como las dice el Papa Francisco; en cuanto a sus palabras no las paniagüemos, evitemos ciertas hermenéuticas y sobre todo no las corrijamos.
- Creo que es suficiente. Cuando Benedicto XVI dejó el pontificado, por este mismo hecho, se dijo que a partir de entonces todo era posible, de cara al necesario tirón que la vida de la Iglesia necesitaba. Francisco está realizando este posible. Esperemos que comunicación y comunicadores sepan ayudarle en esta tarea.
..
..
Mons. Enrique Planas: «El mejor comunicador es el que no hace nada para serlo y, en cambio, su acción es noticia “químicamente pura”»
..
Mons enrique planas es uno de los iniciadores de la RIIAL (Red Informática para la Iglesia en América Latina) y desde el Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales de la Santa Sede ha sido el Oficial Delegado de la Filmoteca Vaticana. Le entrevistamos para que nos cuente como ha visto la evolución de la comunicación de la Iglesia y su visión del Papa Francisco como comunicador.
P. Recibió el Premio ¡Bravo! Especial 2014, ¿Cómo recibió la noticia?
R. Naturalmente con alegría, sobre todo porque el premio es ocasión de sentir la caricia de la amistad, coagulada en torno a unos trabajos al servicio de la Iglesia. Y con el seguro sentimiento de que otras personas merecen el Premio mucho más que yo.
P. Fue el primer director del Secretariado de la Comisión de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española, entre 1968 y 1972, ¿Cómo ha visto la evolución de este secretariado hasta el día de hoy?
R. Quiero aclarar que al comienzo de mi servicio a la Conferencia Episcopal, recién creada, estaba a las órdenes de un Delegado General de la Comisión de Medios de C.S., Don Ramón Cunill, sacerdote comunicador y periodista de raza, del que tanto aprendí. Fue en 1971, si no me equivoco, cuando recibí el nombramiento de Director del Secretariado, estando Don Ramón ya enfermo.
Con los años el Secretariado fue madurando en sensibilidad, madurez y competencia, gracias a unos directores y colaboradores de gran valía. Todos me honraron con su amistad, pero deseo citar y agradecer en especial a Don Joan Pujol y a Don José María Gil, su compañía y ayuda; además me han enseñado mucho del arte del comunicar.
«Es cierto que se ha dado y se da en muchos ámbitos de Iglesia una reticencia, mayor o menor a contar los hechos embarazosos»
P. Además fue iniciador de la RIIAL (Red Informática para la Iglesia en América Latina), ¿considera importante el uso de las redes sociales como herramientas de comunicación religiosa?
R. Las redes sociales son funcionalmente importantes pero, sobre todo, me ha interesado el concepto mismo de red, en momentos en que las nuevas tecnologías, posibilitaban una nueva visión de la humanidad misma y parecían hechas a medida para facilitar la vida y acción de la Iglesia.
P. Hablemos de la comunicación de la Iglesia…¿la Iglesia comunica pronto y bien o sin embargo, como algunos critican, lo hace tarde y mal?
R. Hay de todo en la viña de Señor. Es cierto que se ha dado y se da en muchos ámbitos de Iglesia una reticencia, mayor o menor a contar los hechos embarazosos –que tampoco faltan- tal como son y, sobre todo, no siempre se ha incluido la pastoral de la comunicación entre las grandes posibilidades evangelizadoras. Es una ingenuidad tratar de domesticar a los mass media. Pero la Iglesia siempre ha sido, es y será la depositaria de la gran Buena Noticia y, con posibles altibajos, los medios de comunicación social, grandes y pequeños, no podrán prescindir de ella, sobre todo si sabemos mostrar su acción con el lenguaje adecuado.
A lo largo de su carrera profesional ha ayudado en importantes hitos comunicativos dentro de la Iglesia: la apertura de la Puerta Santa en 1975 por el papa Pablo VI, su muerte, la elección como papa de Juan Pablo I, la muerte del mismo después de 33 días de su elección y la elección Juan Pablo II como el Papa sucesor… ¿Algún hito que en el que le hubiera gustado participar y no ha podido?
R. Me hubiera gustado estar presente en la Apertura del Concilio Vaticano II y sentir físicamente cercano al buen papa Juan XIII. No pude por encontrarme en edad militar. Pero me compensó vivir la Clausura.
P. ¿Ve al Papa Francisco como un buen comunicador?
R. El mejor comunicador es el que no hace nada para serlo (me refiero al uso premeditado de las técnicas de comunicación) y, en cambio, su acción es noticia “químicamente pura”. Es el caso del papa Francisco, con su vida, sus enseñanzas y sus gestos.
..
Toda una lección de maestro. Gracias Mons. Enrique
,,
Fuentes: Agencia SIC | blogs.paxtv.org