Este 10 de enero se firmó en el Vaticano un documento ético por las tres religiones abrahámicas en la Casina Pio IV. El Presidente de la Academia Pontificia para la Vida: «El riesgo de no controlar la tecnología es el de la instrumentalización del hombre. El uso de algoritmos en poblaciones es muy grave». Al igual que el clima, se espera un «París» de las nuevas tecnologías.
(vaticannews.va).-«Es una señal importante para evitar una huida hacia delante de la tecnología que correría el riesgo de favorecer el posthumanismo». Con estas palabras define Monseñor Vincenzo Paglia, Presidente de la Pontificia Academia para la Vida, la firma, por parte de tres representantes de las tres religiones abrahámicas, de un documento sobre el desarrollo ético de la inteligencia artificial que tuvo lugar la mañana, de este 10 de enero, en un acto que se celebró en la Casina Pio IV del Vaticano y que lleva por título «Al Ethics: An Abramic committent to the Rome Call». Firmaron el documento, además del propio Monseñor Paglia, el Gran Rabino Eliezer Simha Weisz, miembro del Consejo del Gran Rabinato de Israel, y el Jeque Abdallah bin Bayyah, jefe del Foro de Paz de Abu Dhabi y presidente del Consejo de Fatwa de los Emiratos Árabes Unidos.
Un manifiesto compartido
La génesis de este documento se remonta a dos años atrás, recuerda Monseñor Paglia, «cuando, poco antes de que estallara la pandemia, se firmó en Roma un manifiesto ético sobre la inteligencia artificial. Como sabemos, estas nuevas tecnologías emergentes y convergentes poseen una lógica interna propia que crece muy deprisa y corre el riesgo de situarse fuera de una perspectiva humanista hasta el punto de instrumentalizar al hombre en su propio beneficio». Básicamente, añade Paglia, «la Pontificia Academia para la Vida, junto con el presidente de Microsoft, el vicepresidente de IBM, el secretario general de la FAO y un miembro del Gobierno italiano, ha elaborado un texto con tres perspectivas humanistas: el principio ético, el principio educativo y el principio jurídico que deben guiar todo el proceso relativo al desarrollo de la inteligencia artificial».
Primacía de lo humano
Ahora, al cabo de unos años, ese mismo documento será firmado también por representantes del mundo islámico y judío, pero, asegura Paglia, «el próximo mes de julio, en Japón, lo firmarán también las otras grandes religiones del mundo». El Papa Francisco ha acogido con satisfacción nuestro planteamiento precisamente para reafirmar la primacía de lo humano sobre la tecnología». Los puntos calificativos del documento son tres: proteger la primacía del hombre, educar a los jóvenes en tecnologías complejas y estimular la dimensión jurídica tratando de imaginar una gobernanza internacional.
Urgencia de actuar
Para dejar clara la importancia de estas acciones, Monseñor Paglia intenta poner un ejemplo: «Algún gobierno está preparando una herramienta que utiliza algoritmos para reconocer la condición de refugiado: mediante el examen de una máquina, se omite la confrontación, el diálogo. Y luego hay que tener en cuenta que cada algoritmo no es autónomo, sino el resultado de un planteamiento. Por ello, la dimensión ética debe ser prioritaria».
Cuidado con los algoritmos
«El control de los algoritmos sobre las poblaciones», denuncia además el Presidente de la Academia de la Vida, «es muy grave, basta pensar en el control facial: por eso hay que inventar una práctica jurídica para regular a nivel internacional un asunto que se revela extremadamente delicado». Por último, Paglia lanza una idea: «Igual que hubo un París para el clima, quizá debería haber un París para las nuevas tecnologías».