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¿Qué es el Sínodo?

“Sínodo” proviene de dos palabras griegas que significan y , por lo que la combinación de ambas transmite la idea de «caminar juntos». Hay una rica historia de sinodalidad en las iglesias orientales, y algunas denominaciones protestantes utilizan la palabra como sinónimo de «concilio».

(es.zenit.org).-Durante el mes de octubre de 2024, se está celebrando en el Vaticano la segunda sesión del Sínodo sobre la Sinodalidad bajo el título «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión«. El Papa Francisco ha convocado a casi cuatrocientos representantes de todo el Pueblo de Dios para que disciernan conjuntamente sobre la misión de la Iglesia. “Sínodo” proviene de dos palabras griegas que significan juntos y camino, por lo que la combinación de ambas transmite la idea de «caminar juntos». Hay una rica historia de sinodalidad en las iglesias orientales, y algunas denominaciones protestantes utilizan la palabra como sinónimo de «concilio».

Pero hoy, en la Iglesia Católica, “sínodo” transmite algo más. Siguiendo la enseñanza del Papa Francisco (basada en el Concilio Vaticano II), la sinodalidad señala la participación activa de todos los fieles en la vida y misión de la Iglesia. Esto se está poniendo en práctica en un proceso mundial que va de 2021 a 2024 para preparar y llevar a cabo el Sínodo sobre la Sinodalidad. Este proceso está permitiendo a la Iglesia Católica aprender sobre la sinodalidad practicándola (en lugar de abordarla únicamente a través de enseñanzas y documentos), poniéndola a prueba y mejorándola. Las personas a menudo perciben a la Iglesia como muy vertical, con el poder fluyendo hacia abajo desde la cima, mientras que en el nivel más bajo, el laicado, no tiene poder en absoluto. Pero la sinodalidad empodera a todos los miembros de la Iglesia: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, el clero, los obispos y el Papa, cada uno según su vocación y todos bajo la guía de Dios. Todos están invitados a contribuir, a marcar el rumbo, a tomar decisiones, a encontrar el camino a seguir, y luego la autoridad correspondiente toma la decisión final.

En el corazón del proceso sinodal está el encuentro con los demás, la escucha y el ir más allá de las diferencias divisorias. Este tipo de diálogo honesto es lo que la Iglesia necesita ahora, y las sociedades lo necesitan aún más urgentemente. A partir de 2025, la sinodalidad se convertirá cada vez más en la forma habitual en que la Iglesia lleva a cabo su misión y gestiona sus asuntos.

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