Un sueño profético sobre como los teléfonos móviles alejan a nuestros hijos de la Fe y de Dios si no actuamos a tiempo.
Si han sido observadores este verano, seguro que han visto decenas de reuniones de chavales de en torno a 10 años hasta incluso de 18 / 20 años, dónde la principal característica es que todos están «casualmente» mirando hacia abajo. El uso permanente de teléfonos móviles en nuestros jóvenes empieza a ser preocupantemente adictivo.
Efectivamente, la formas de relación en nuestra sociedad están cambiando a una velocidad vertiginosa y es realmente increíble comprobar como ahora, los jóvenes, cuando están juntos, pasan una gran parte del tiempo ensimismados cada uno con su teléfono móvil. Según los últimos estudios, dedican una media de 4 horas diarias al uso del teléfono móvil, según la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, que desde hace años ayuda a todo tipo de adicciones, como la adicción a las nuevas tecnologías.
Recientemente en una Eucaristía, tuvimos la suerte de conocer, por parte del Padre Alejandro, un sueño profético de San Juan Bosco al respecto. Estamos seguro que no dejará indiferente a nadie.
El día 1 de mayo de 1865, San Juan Bosco narraba a los jóvenes del Oratorio el siguiente sueño:
*Me pareció encontrarme en la iglesia llena de jóvenes, observando que eran muy pocos los que se acercaban a la Sagrada Comunión. Próximo a la balaustrada del altar mayor había un hombre alto, de color negro y de cuya cabeza salían dos cuernos. Tenía en la mano una linterna mágica y se entretenía en hacer ver a los muchachos a través de ella, cosas diversas.
A unos les hacía contemplar un recreo muy animado y entre los juegos el que más les agradaba; a otros, los partidos perdidos o las futuras victorias; a éstos, el pueblo natal con sus paseos, sus campos, con aquella casa determinada; a aquéllos les hacía ver en su linterna el estudio, los libros, los temas mensuales; a algunos, las más diversas frutas, los dulces más variados, el vino que tenían guardado en el baúl; no faltaban quienes veían a sus padres, los amigos, escenas pecaminosas, el dinero no entregado.
Por tanto, así entretenidos, eran pocos los que se acercaban a la Sagrada Mesa. Muchos al ver los paseos, las vacaciones, lo dejaban todo a un lado y se detenían a contemplar con avidez a sus antiguos compañeros y sus pasatiempos de otros días.
En el propio libro encontramos una sabias palabras del propio San Juan Bosco acerca de la interpretación de su sueño y como combatir el peligro que se avecina sobre nuestros jóvenes:
¿Saben lo que significa este sueño? Que el demonio hace cuanto puede para distraer a los jóvenes en la iglesia; para alejarlos de los Santos Sacramentos. Y los jóvenes son tan ingenuos que caen en la red y se pasan el tiempo mirando a través de la lente. Hijos míos: es necesario romper esa linterna del diablo. ¿Saben cómo? Levantando la mirada a la Cruz y pensando que alejarse de la Comunión es lo mismo que arrojarse en los brazos del demonio.
Sin duda, la tecnología no es mala «per se», pero al igual que no le damos la llave de nuestro coche a nuestro hijo de 10 años para que vaya a comprar el pan porque irá mejor, más rápido y más seguro, quizás deberíamos preguntarnos que estamos haciendo con nuestros hijos y si están realmente preparados para el uso de dispositivos móviles con conexión a internet. El teléfono móvil es, desde hace años, el «regalo estrella» de la Primera Comunión, a los 10 años.
Sabemos el daño que, por ejemplo, está haciendo la pornografía entre los más jóvenes. Recientemente se publicaban unas cifras escandalosas para cualquier Gobierno menos para el de España, dónde el incremento de la violencia sexual entre los menores crecía, en 2021, en más de un 40%. Todas las instituciones tienen claro que se debe al consumo desenfrenado de pornografía on line, para la que además no existen restricciones reales para los menores de edad.
Los estudios más recientes confirman que los niños comienzan a consumir pornografía entre los 8 y los 10 años de edad… ¿Cómo puede ser eso? Pues solo tiene una respuesta: Los dispositivos con conexión a Internet, que ofrecen además cada vez una pornografía más dura, basada en abusos, violaciones y todo tipo de violencias sexuales.
Si a esto sumamos los juegos, apuestas y más recientemente las criptomonedas, que encuentran en los jóvenes los ganchos perfectos para la promesa de hacerse rico rápidamente y sin esfuerzo, deberíamos preguntarnos seriamente ¿Están preparados nuestros hijos para un uso que no dañe su crecimiento emocional? ¿Controlamos suficientemente el tiempo de uso y los contenidos a los que acceden?
Ciertamente tener que controlar los dispositivos de nuestros hijos es molesto, en primer lugar porque nos aleja de la figura de los padres «modernos» que dejan «libertad» a sus hijos y en segundo lugar porque nos obliga a salir de nuestra comodidad y perder nuestro tiempo en controlarlos y educarlos, pero es que esa es nuestra misión.
Muchos se preguntan como es que sus hijos, tras años de acompañarlos a Misa, han abandonado la Fe Catolica; Otros, porqué aunque sus hijos les acompañen actualmente, no se acercan realmente a la Iglesia ni a Dios. Seguramente puedan encontrar la respuesta en este sueño de San Juan Bosco.
Asociación Cristianos en Democracia.
*La información sobre el sueño de San Juan Bosco ha sido obtenida de la traducción al Castellano del Padre Francisco Villanueva del libro Memorias Biográficas de San Juan Bosco, dieciocho tomos, por los PP. Lemoyne, Amadei, Ceria, todos ellos salesianos. (Societá Editrice Internazionale, Torino.) . El sueño es el número 53 y en la obra de referencia se encuentra en el Tomo VIII, págs. 115-116. Los estudios más recientes confirman que los niños comienzan a consumir pornografía entre los 8 y los 10 años de edad…