Religiosas colombianas de la comunidad Jesús María se han vuelto famosas por sus coreografías en la red social de moda entre los jóvenes
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(es.aleteia.org).-Lo que empezó como una forma de acercarse a sus alumnos durante la pandemia y mostrar la alegría de la vida consagrada, se está convirtiendo en un fenómeno de evangelización en redes sociales. La cuenta que abrieron en marzo en Tik Tok supera los 92.000 seguidores y acumula más de 900.000 likes.
El éxito en redes sociales de la Comunidad de Religiosas Jesús María de Medellín (noroccidente de Colombia) se disparó hace tres meses cuando la hermana Martha Janeth Moreno, más conocida como «Sor Selfie», les propuso a sus compañeras hacer videos para continuar conectadas con los alumnos de los tres colegios que tienen en la ciudad.
“Mi sobrina de 14 años, que estudia en el colegio Jesús María del barrio Castilla, se mantenía viendo Tik Tok y en diciembre pasado mi hermana y yo decidimos bajar la aplicación y nos reímos muchísimo. Cuando ya estábamos en la cuarentena pensé que muchos de nuestros alumnos debían ser como mi sobrina y les propuse a las hermanas que hiciéramos videos para acercarnos a ellos y llevarles alegría”. Así le contó la hermana Martha a Aleteia cómo sus compañeras aceptaron la idea.
Una visión diferente de la vida consagrada
Los primeros videos, con mucho humor, empezaron a atraer rápidamente a sus alumnos pero también a seguidores de todas las edades y orígenes. “Quisimos mostrar un rostro diferente de la vida consagrada, que nos sintieran cercanas y llevar mucha alegría porque sabemos que en muchas familias hay dificultades, ansiedad y depresión, pero nunca pensamos que se fuera a viralizar tanto”, asegura esta monjita apasionada de la fotografía, quien no desaprovecha ocasión para tomar selfies y por esa razón hace dos años, en un encuentro en Francia, la llamaron cariñosamente «Sor Selfie».
En los siguientes videos han llevado mensajes de la fe católica, explican las principales fiestas del calendario litúrgico como Pentecostés, Corpus Christi o la Ascensión del Señor y en otras ocasiones aceptan retos virales como hacer la silueta de la Cruz con la nariz.
Si bien la artífice de esta iniciativa es la hermana Martha –de 34 años de edad y quien se educó con la comunidad desde los seis años–, la más entusiasta colaboradora es la religiosa Lucía Álvarez, de 85 años, odontóloga de profesión y licenciada en Biología y Química.
A pesar de su avanzada edad, sor Lucía ha podido sintonizarse con la tecnología y cada vez tiene más práctica para los videos que requieren bailar o hacer lip-sync (sincronización labial). “A nosotras nos ha movido el Señor a través de la hermana Martha. Nos gustó su idea de mostrarle al mundo la alegría de la vida religiosa en medio de una pandemia”, asegura la carismática monjita.
Ellas han vivido la cuarentena con esperanza, convencidas de que el Señor aprovechará esta situación para reformar muchas cosas: “Seremos nuevos en muchísimos aspectos después de esta pandemia. En nuestra comunidad ha habido necesidad de duplicar el trabajo, sacrificar muchas horas y hacer esfuerzos que nunca habíamos hecho. Esto es positivo porque nos está mejorando y nos está mostrando que Dios es el único necesario y vamos hacia Él, que nos ama tanto”, asegura la hermana Lucía.
Haciendo lío en las redes
Muy pronto empezaron a contactar con otras religiosas y sacerdotes que utilizan esta red social para evangelizar y han realizado transmisiones en vivo con movimientos pastorales latinoamericanos, con sacerdotes argentinos y cuentas católicas españolas en diferentes redes.
Pero también, como le contó esta alegre monjita a Aleteia, reciben críticas y comentarios negativos de «ateos y satánicos» a los que ponen en oración: “Seguimos la recomendación de San José María Escrivá de Balaguer sobre el perdón: callar, orar, trabajar y sonreír”.
Claro que la mayoría de llamadas y mensajes son de felicitación, agradecimiento y pedidos de oración. “Yo soy ateo pero me encantan los videos que ustedes hacen”… “Yo no creo en Dios pero nunca pensé ver a una monja tan alegre, me han mostrado cosas diferentes”, son mensajes que las animan a seguir.
Aleteia les preguntó desde dónde las ven y ellas son las primeras sorprendidas al saber que las siguen en países lejanos como Turquía. También tienen un buen número de seguidores en España, Estados Unidos y Canadá y, por supuesto, en Latinoamérica. Esto demuestra que su mensaje evangelizador puede hacer mucho bien y por eso la hermana Martha en sus tiempos libres sigue buscando videos y sonidos en Tik Tok, que va guardando para compartirlos con sus compañeras y acordar con ellas cómo hacerlos, y así publicar un video diario.
“Definitivamente la gente ha valorado que la Iglesia católica se haya hecho presente a través de estas plataformas tecnológicas. Tik Tok, que era una red muy apática, ya cuenta con un montón de sacerdotes y religiosas que están tratando de hacer lío en las redes”, asegura la monjita tiktoker colombiana.
Educadoras de varias generaciones
La comunidad Jesús María nació hace 202 años en Lyon (Francia) por iniciativa de Santa Claudina Thévenet, quien siendo adolescente vio cómo fusilaban a sus hermanos durante la Revolución Francesa. De su compasión por socorrer a dos niñas abandonadas empezó esta comunidad que hoy está en 28 países distribuidos por todos los continentes.
Su carisma es expresar la bondad misericordiosa de Dios a través de la educación cristiana en todos los ambientes sociales, con preferencia por los más pobres. Por eso este grupo de religiosas de Jesús y María en Medellín cuenta con tres colegios para niños y jóvenes de distintas clases sociales, en los cuales se han educado muchas generaciones.
A raíz de la pandemia que vivimos no pudieron volver a los salones de clases y se están apoyando en las tecnologías, pero lamentablemente muchos de los estudiantes no tienen acceso a ella, por lo que deben entregarles talleres y lecciones en forma física.
La situación de salud en Colombia está en su punto más crítico y lo más posible es que en el resto del año no haya educación presencial, lo que impone una gran dificultad y un gran reto para seguir llevando la educación de alta calidad que caracteriza a los colegios de Jesús María, especialmente a los alumnos que no cuentan con equipos de cómputo o internet para atender clases virtuales.
Entre tanto, las monjitas siguen llevando mensajes llenos de fe y esperanza a través de las redes sociales y siguen invitando a los jóvenes a que se motiven a seguir a Dios, como dice la hermana Martha: “Que no les dé miedo buscar a Dios en medio de esta vida consagrada, que vean que sí disfrutamos y vamos al ritmo de los tiempos, pero también tenemos criterios y valores no negociables”.