Su creador nos da la clave: hace fácil rezar en el siglo XXI
(Aleteia).- Antes se aprendía a rezar el Rosario junto con los padres, en casa, o en la parroquia: las oraciones, las letanías, las jaculatorias… El desgranar del rosario marcaba el final del día, o el momento de recogimiento antes de la misa de la tarde. La persona de más edad “llevaba” el rezo, alternándose y dándose paso unos a otros. Uno se sabía las letanías tal y como la abuela las había enseñado. No digamos el rezo de las horas: Maitines, Laudes, Tercia, Vísperas, saber diferenciar un día feriado de una solemnidad… Era un saber, un rezar transmitido de generación en generación durante siglos, que ha ido perdiéndose. ¿O no?
Se llama Pablo Romeu, es español y profesor de informática en la Universidad Cardenal Herrera. Es el creador de varias aplicaciones para rezar mediante dispositivos móviles, que están convirtiéndose en punteras en este campo. La más exitosa, RosarioPro, lleva ya 90.000 descargas. Una aplicación sencilla, que cada día tiene ya preparado el misterio correspondiente, que reza contigo en voz alta o simplemente emite un zumbido en cada avemaría, como el pasar de las cuentas del rosario. Otra de ellas, SalterioPro, contiene los cuatro libros de la liturgia de las horas metidos en el celular, junto con el evangelio de cada día, el santo diario y las lecturas del Oficio.
¿Cuál es el secreto? Como explica Romeu, la clave está en que hace sencilla una actividad fundamental: rezar. Movilidad, funcionalidad, y, sobre todo, la sensación de no estar solo, con el resto de los ingredientes.
– Tus aplicaciones llevan decenas de miles de descargas, ¿a qué crees que se debe ese interés entre el público?
Supongo que se debe a que hace sencillos los rezos. Facilita que una persona que no sepa rezar, por ejemplo el rosario, pueda hacerlo sin problemas, permite utilizarlo sin tener que estar pendiente de las cuentas, y además, escucharlo y sentirse acompañado. Supongo que ese es el secreto, facilitar la oración. El Salterio es más de lo mismo. Es complicado rezar correctamente la liturgia de las horas, ya que tiene muchísimas excepciones. Si tienes un programa que se las conoce todas, es más sencillo coger el programa que usar los libros.
– ¿Los nativos digitales siguen rezando en el siglo XXI?
¡Por supuesto! ¡Yo creo que lo que se preguntan los nativos digitales es por qué estas iniciativas no son más abundantes! Para una persona nacida en el siglo XX, se preguntaría por qué no hay más presencia de la oración en la televisión o en la radio. Para una persona del siglo XXI, que es un “nativo digital”, se pregunta por qué no hay más aplicaciones móviles, sitios web, presencia en las redes sociales… El rezo es parte de la vida cristiana, y si la vida cristiana transcurre cerca de un móvil o una web, es lógico que también aparezca allí.
– ¿Desde qué países o tipo de usuario se muestra más interés? ¿Cuál es el usuario tipo de las aplicaciones para rezar con el móvil? ¿Ancianos o jovenes, por ejemplo?
Al tratarse de aplicaciones católicas, la mayoría de usuarios provienen de países de habla hispana, aunque no es nada despreciable la cantidad de usuarios de habla francesa, inglesa, italiana, etc. que utilizan las Apps. Respecto al tipo de usuario, no tengo una estadística fiable, pero sí me aventuraría a decir que el usuario tipo es una persona de 30 a 40 años de habla hispana. De todos modos, la gente mayor de 50 cuando se acerca a las nuevas tecnologías también se vuelve usuario habitual de estas aplicaciones. Uno se encuentra sorpresas de personas de muy avanzada edad que utilizan la aplicación.
– ¿Crees que las nuevas tecnologías ayudan a conseguir un clima de oración? ¿No distraen al usuario?
Un móvil, un breviario o un rosario no dejan de ser una herramienta. Son objetos que nos ayudan a un fin. Supongo que la atención depende más de la persona que del objeto.
– ¿Te planteas traducir tu aplicación a otros idiomas? ¿Has recibido peticiones en este sentido?
Ya tengo varios idiomas, entre ellos inglés, francés, español, italiano y catalán, y muchos voluntarios han contactado conmigo para traducir Rosario Pro y Ángelus Pro a varios idiomas más, algunos tan exóticos como el malayo o el tagalo, y otros probablemente más sorprendentes, como puede ser el árabe. Una que tengo pendiente y que creo que agradará a mucha gente es el portugués.