LA MÚSICA NOS HACE MÁS INTELIGENTES
Alfonso López Quintás
Miembro de L´Académie Internationale de l´Art (Suiza)
y de la Real Academia española de Ciencias Morales y Políticas
El Auditorio Nacional de Música de Madrid acaba de estallar de emoción al oír a la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar. Tal emoción se centuplica al saber que esta orquesta juvenil es fruto de un proyecto formativo iniciado por José Antonio Abreu en Venezuela hace unos treinta años, con el fin de introducir activamente en la mejor música a niños y jóvenes de todos los ámbitos de la nación, sobre todo los más necesitados. Hoy moviliza a unos 265.000 niños y jóvenes a través de un sistema de orquestas (más de 90 de niños, más de 130 de jóvenes, más de 30 de adultos). Según el maestro Abreu, “la música es prácticamente el único camino hacia la dignidad social para los niños con los que trabajamos. La pobreza significa soledad, tristeza, anonimato, y una orquesta significa alegría, motivación, trabajo en equipo, aspiración al éxito”.
Al ver la máxima concentración de estos jóvenes al interpretar dos cumbres de la música sinfónica y luego desbordar de alegría al regalarnos el Mambo de Leonard Berstein, comprendí el entusiasmo de Claudio Abbado y Plácido Domingo ante este proyecto estético, que constituye todo un fenómeno social digno de estudio. Como ejemplo de método educativo se lo propuso Abbado recientemente al mismísimo Gobierno italiano.
No me extraña este fulgurante éxito pedagógico, porque la música tiene un alcance inmensamente mayor de lo que suele pensarse, incluso entre los mejores melómanos. Se cuenta que el gran violoncelista, compositor y director de orquesta Pablo Casals indicó poco antes de morir que “la Humanidad todavía no sabe lo que tiene al contar con ese don supremo que es la música”. Durante años me ocupé de descifrar el sentido enigmático de tal afirmación. El fruto de este esfuerzo es el reciente libro Estética musical. Su propósito es dejar patente que la música, además de suscitar inmensas gratificaciones estéticas, es una fuente inagotable de formación humana, equilibrio interior, modelación de los sentimientos... Quisiera, con cuatro trazos, dejar vislumbrar la fecundidad de este arte inigualable.
La música hace más inteligentes a quienes la viven de forma creativa, pues los insta constantemente a pasar más allá de las impresiones inmediatas, superando con ello la miopía intelectual; percibir al mismo tiempo diversos contenidos, superando de este modo la unilateralidad en el percibir y pensar; profundizar en el sentido de lo que se percibe a lo largo y a lo ancho, superando de esta forma la superficialidad en el pensar. La música nos permite...
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