LAS SINRAZONES DEL ABORTO V
Intento fallido de legitimación del aborto
Alfonso López Quintás
Miembro de la Real Academia Española de Ciencias Morales y Políticas
“Dos mil de los abortos practicados en 2006
fueron realizados a partir de la 21ª semana de gestación”
(Instituto Español de Política Familiar)
La legalización y, más todavía, la promoción de la práctica del aborto constituye un frenazo violento en el proceso de desarrollo humano. Durante siglos se luchó por dignificar a los seres humanos considerados, en una u otra medida, como indefensos: los niños, las mujeres, los ancianos, los peregrinos y refugiados, los enfermos y esclavos... Tras múltiples errores, a través de una larga cadena de penosas experiencias, la Humanidad consiguió clarificar un tanto sus ideas acerca de la dignidad de la vida humana. La opinión aristotélica de que unos hombres nacen para mandar y otros para obedecer fue, poco a poco, matizada y superada. La convicción de que la libertad y el poderío son privilegio de los más fuertes y mejor dotados para el ataque y la defensa se vio relegada al desván de los recuerdos históricos inconfesables.
Estos avances fueron celebrados porque significaban en el fondo
-más allá de las mejoras concretas que afectaban a ciertos grupos- un mayor aprecio de la vida y la dignidad del hombre en cuanto tal. Ello explica que la matanza en masa de millones de inocentes en la primera guerra mundial haya provocado en el hombre occidental una conmoción interior sin precedentes. El “mito del eterno progreso” hizo quiebra en las trincheras de Verdún (Francia). El afán de saber para dominar y disfrutar no llevó al hombre al grado supremo de felicidad, como se presumía, sino a simas de decepción en todos los contendientes y de amargura explosiva en el campo de los vencidos.
Esta hecatombe espiritual provocó diversos tipos de erupciones sociales, entre las que destaca el florecimiento del fascismo y el nacionalsocialismo o nazismo. En los últimos tiempos fueron consideradas ambas corrientes como la negación absoluta de la libertad humana y raíz, por tanto, de buen número de los males de la sociedad actual. Tales ataques estuvieron justificados, sin la menor duda, pues la crítica de los sistemas abiertamente dictatoriales contribuye a mantener viva la llama de la preocupación por salvaguardar la libertad y el afán por consolidar los sistemas democráticos de convivencia...
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